El fabricante de automóviles chino Dongfeng es uno de los interlocutores del gobierno para establecer una planta de producción en Italia. Así lo confirmó el ministro de Empresa y Made in Italy, Adolfo Urso, que desde hace meses investiga el mercado para aumentar el número de automóviles producidos en Italia. “Hay un diálogo con varios fabricantes de automóviles, no sólo con los asiáticos”, afirmó Urso, añadiendo que la discusión está abierta con los chinos.
EL DETALLE
Según los rumores, el gigante de Wuhan está negociando la apertura de una planta con capacidad para más de 100.000 vehículos al año. De hecho, el ejecutivo está intentando atraer un nuevo fabricante de automóviles después de chocar con los planes de Stellantis, todavía considerados demasiado tímidos.
Dongfeng ya colabora con Honda y Nissan, pero en China también produce para Peugeot y Citroën. El gigante se encuentra estancado tras el pico alcanzado en 2017 con 2,83 millones de entregas. El año pasado, las ventas de Dongfeng cayeron a 1,72 millones.
Conocida como Segunda Fábrica de Automóviles hasta 1992, Dongfeng (o “Viento del Este” en chino) fue fundada en 1969. Sus orígenes se remontan a una directiva del Presidente Mao Zedong que, en su estrategia del “Tercer Frente”, pretendía hacer crecer la economía en el el interior precisamente con el fin de proteger a China de la invasión extranjera.
Ahora falta ver si la operación llegará a la fase final. De hecho, hay que decir que las discusiones técnicas también alcanzaron un alto nivel con Chery y BYD, otra gran empresa china que produce coches eléctricos y baterías. En el fondo queda Tesla, que encuentra obstáculos en Alemania y, al mismo tiempo, se toma su tiempo en sus próximos movimientos en Europa.
La idea del gobierno es abrir fábricas tanto de baterías como de coches eléctricos y luego, si las ventas no aumentan, el operador chino podrá compensar también importando modelos de gasolina. No solo. El plan del ministro Adolfo Urso prevé trasladar los incentivos de la demanda a la oferta con contratos de desarrollo, precisamente para aumentar la producción y el empleo.
PLAN
El objetivo, decididamente ambicioso, es alcanzar los 300.000 coches producidos por el segundo fabricante de aquí a 2028 (que se sumarán al millón solicitado a Stellantis) con un plan de contratación que podría implicar a más de 6.000 personas. Los actores extranjeros, aunque se trata de una decisión sobre la cual el gobierno italiano puede tener muy poco control, podrán conservar el área de investigación y desarrollo en China y traernos sólo la producción. Existe el riesgo de que Stellantis, como ha dicho repetidamente el director general Carlos Tavares, utilice esto para vengarse de los trabajadores, recortando la producción precisamente por la llegada del nuevo y feroz competidor.
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