¿Basílicata? Arabia Saudita de Italia

¿Basílicata? Arabia Saudita de Italia
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“¿Basílicata? Es una región pequeña pero es nuestra Arabia Saudita”. El comentario sonriente del codirector de Libero, Pietro Senaldi, sonó más o menos así durante Agorà (Rai 3) esta mañana. Con tono benévolo resumió claramente cómo se ve a Lucania desde Bolonia hacia arriba. Eres porque eres, o mejor dicho, en este caso, eres como eres porque tienes petróleo. Y no se trata en absoluto de una opinión descabellada y casual, que sólo representa a la “buena” burguesía lombarda. Es un estigma mucho más representativo.

Fue Renzi quien, en el altar de Sblocca Italia, elogió el tótem del aceite lucano. El entonces ministro Calenda pensaba y piensa igual hoy. Como gran parte de la clase política italiana, que en las últimas semanas desfila en las plazas lucanianas con motivo de la campaña electoral. Es por ese mismo ‘estigma’ que los acuerdos con la empresa francesa Total, en el emplazamiento de Tempa Rossa, se ampliaron hace apenas unos días hasta 2068, como si fuera un hecho natural. Mientras tanto, son los lucanos quienes pagan el precio. Por la supuesta “eliminación ilícita” de residuos de petróleo de la marca Eni, con investigaciones al respecto, por los niveles de contaminación y posibles enfermedades relacionadas. Por no hablar de la corrupción, que siempre ha estado ligada a la explotación del oro negro. En cada parte del mundo. Y también en Basílicata, con líneas de investigación específicas. Pero para Senaldi y muchos otros comentaristas y políticos del Bel Paese, Basílicata importa porque es una pequeña ‘Arabia Saudita’ o, pase lo que pase, la Texas de Italia. Una región “pequeña” pero “importante” porque es Gruyère, lista para ser perforada, explotada, como el delta del Níger, o una Amazonía de pueblos indígenas, la que cuenta para los intereses económicos que alberga bajo tierra. No por la dignidad que un individuo, un pueblo debe traer consigo, independientemente de la ‘dote’ que ofrezca en el altar. Cuentas por lo que tienes, por tanto, y no por lo que eres.

Aquí, tal vez, en estos últimos días de la agitada campaña electoral, se debería pedir cuentas a los ministros, señoras y secretarias, al primer ministro y a los viceprimeros ministros de este Estado, a quienes tanto se espera en las calles. Para ellos, ¿qué es y más precisamente qué será en el futuro Basílicata? ¿Un centro de explotación energética indefinida, con vertederos de residuos nucleares asociados? Pero díganoslo ahora para que la elección electoral de los lucanianos también esté mejor informada. Conocer y luego votar, reinterpretar a Einaudi. Y luego que los candidatos a presidente de la Región lo aclaren de forma inequívoca, y de una vez por todas, para lo que les importa (poco, la verdad) en el escenario nacional.

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