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ANCÓNA Confesó todo, directamente a la fiscalía. “Es verdad, lo inventé todo”. Avance en la investigación sobre el presunto robo ocurrido la noche del 19 al 20 de marzo en una zona de servicios de Baraccola. El gerente fue encontrado en el suelo, en un charco de sangre, encerrado en su oficina. Estaba en shock, tenía cortes superficiales en la garganta por lo que acabó en el hospital (alta con pronóstico de 20 días). “Entraron dos bandidos extranjeros, me apuñalaron y luego me desmayé”, dijo a la policía. Él mismo había llamado al número de emergencias 112, sobre las dos de la madrugada, diciendo que llevaba horas tirado en el suelo, inconsciente. “Por suerte tenía el móvil en el bolsillo”, confió a sus amigos, que estaban preocupados por él.
los sospechosos
Desde el principio, la policía tuvo serias dudas sobre la veracidad de la historia del hombre de Ancona de 50 años. Muchas cosas no cuadraron. Primero: desde las cámaras del bar y de un taller situado al otro lado de la carretera no habían detectado ningún movimiento sospechoso (la gasolinera no está equipada con videovigilancia). En segundo lugar, los presuntos delincuentes, según el empleado de la gasolinera, escaparon después de la pelea, llevándose sólo una pequeña parte del dinero (unos 2.000 euros), cerrando la puerta y abandonando el arma homicida, una navaja automática, en el acto. Tercero: la víctima habría permanecido en el suelo, inconsciente, durante aproximadamente 4 horas, desde el momento del ataque – ocurrido antes de las 22.00 horas – hasta el pedido de auxilio. Un periodo de tiempo excesivo e inexplicable, según los investigadores.
Los carabineros de la Compañía de Ancona, encabezados por el capitán Manuel Romanelli, escucharon al hombre de 50 años que denunció haber sido sorprendido por dos matones (de los cuales no pudo dar una descripción) mientras hacía un extracto de caja. , a pesar de que el distribuidor estaba cerrado ya a las 19.30 horas. De un inventario inicial, todavía por definir, se desprende realmente un déficit de unos 2.000 euros. El resto del dinero, principalmente los ingresos de las columnas de autoservicio, no fue tocado.
El testigo
Habiendo reunido elementos suficientes para suponer que el robo fue en realidad un hecho montado, la policía presentó la información a la fiscalía. Durante las investigaciones, el empleado de la gasolinera, asistido por su abogado, se presentó ante el fiscal Andrea Laurino para ser interrogado. Básicamente confesó, admitiendo sus responsabilidades: lo inventó todo porque necesitaba dinero, al menos según las primeras informaciones filtradas. Y para que su historia fuera creíble, supuestamente se hizo cortes superficiales en la garganta con el mismo cuchillo encontrado en el suelo de su oficina. El hombre de 50 años será investigado por simulación de delito, mientras que la causa abierta por robo agravado contra desconocidos será archivada.
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Mensajero del Adriático