en Viterbo menos de una institución de cada cinco ofrece el servicio. Vetralla y Montalto son mejores

en Viterbo menos de una institución de cada cinco ofrece el servicio. Vetralla y Montalto son mejores
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Pocos, muy pocos para garantizar el acceso a tiempo completo a todas las familias que lo deseen. Pero no sólo eso: las consecuencias de la falta de comedores en las escuelas de Tuscia son también otras, como revelan los datos tratados por Openpolis.

En primer lugar, el panorama general: en Italia, de media, una institución de cada tres dispone de espacios para el almuerzo de los estudiantes, con un porcentaje del 34,5%. En el sur de Italia, la zona del país donde la oferta de comedores escolares es menor, la privación de alimentos tiene un impacto mayor en niños y jóvenes. Quiere decir que en las regiones con menos comedores también hay más menores que no consumen al menos una comida proteica al día. El fenómeno no involucra sólo la falta de alimentos, sino una pluralidad de factores: desde la pobreza económica de las familias hasta la proximidad de los servicios, desde la educación nutricional hasta la relación entre calidad y precios de la oferta disponible.

Esta tendencia ya había surgido antes de la pandemia. Los datos más recientes, procedentes de la publicación de indicadores sobre las condiciones de vida de los menores, lo confirman también en el período post-Covid. No sólo eso: el fenómeno de la pobreza alimentaria, según los expertos, no afecta sólo al sur: afecta todavía a gran parte del país. En el sur, poco más de uno de cada cinco edificios escolares tiene un comedor. En concreto, el 22,1% de los del sur peninsular y el 21% de los insulares. En comparación con una media de aproximadamente 1 de cada 3 edificios equipados con comedor en Italia, la proporción cae al 21,8% en Calabria, al 15,6% en Campania y al 13,7% en Sicilia. En cambio, se encuentran valores significativamente más altos en las regiones del centro (41,3%) y del norte (43,2%) de Italia. Con una diferencia sustancial en este último caso entre el noroeste (47,8%) y el noreste (36,5%). En Lacio, una de cada cuatro escuelas tiene comedor.

Si miramos más de cerca a nivel local, entre las capitales, Alessandria es el municipio con el mayor número de comedores: el 76,7%, es decir, más de 3 edificios sobre 4. Como tiene poco menos del 70% (69,1%), mientras que supera los 60. % Turín, Monza, Biella, Prato, Vercelli y Savona. En Tuscia, Viterbo no brilla: en la capital hay 41 escuelas públicas, de las cuales sólo 7 tienen comedor, lo que supone un porcentaje del 17,07%. ¿Los datos de las otras capitales del Lacio? En Rieti la situación es peor que en 46 escuelas, de las cuales 5 cuentan con comedor escolar, lo que equivale al 10,87%. Frosinone está alineado: 39 complejos, de los cuales 7 con cantimplora, lo que equivale al 17,95%. Camiseta negra en Latina: 22 institutos y sin posibilidad de almorzar. Devuelve la media regional a Roma: 1.067 escuelas en el municipio, de las cuales 251 con comedor, lo que equivale al 23,52%.

En el resto de núcleos más poblados de Tuscia, hay luces y sombras: en Montefiascone sólo el 14,29% de los colegios disponen de comedor; en Civita Castellana ninguna; en Tarquinia el 16,67%, mientras que los datos de Vetralla y Montalto di Castro son positivos, donde la mitad de los institutos ofrecen el servicio.

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