cuatro citas en la biblioteca Boncontro de Chieti

En mayo, mes del libro, la Comunidad Masci Chieti 1 (Adult Scouts) organizó cuatro eventos en la biblioteca Boncontro de Chieti Scalo (Piazza S. Pio más adulto.

Viernes 3 de mayo, 18 h.

“Desnudo”. Se trata de una colección de cuentos de Lelia Ranalletta, editorial Tabula Fati, 2024. Es una reflexión sobre la experiencia familiar anterior (infancia y vida de los padres) y sobre la propia experiencia, vinculada en particular a la infancia. Un viaje interior que se transformó en la narración experta de una teatina. Diálogo con la autora: Lucia Vaccarella. Voz y guitarra, Antonio Gentile. Lectura de pasajes seleccionados: Carla Ricci.

Viernes 10 de mayo, 18 h.

“…Ni siquiera sumendas.” Muy bonito libro que recorre la infancia y juventud del autor, Giustino Angeloni, que vivió en Civitella y vivió la vida del campo de fútbol de Civitella, su relación, como auténtico Teatino, con el equipo neroverde. Un libro publicado en 2006 y que se vendió como pan caliente.

Viernes 24 de mayo, 18 h.

“El libro de la selva” de R. Kipling. El 25 y 26 de mayo es el Día Mundial del Niño. Parecía oportuno presentar un libro para niños y el más interesante es El libro de la selva, elegido por Baden Powell, el fundador del Movimiento Scout, como base de la metodología Cub Scout. Un libro escrito hace casi un siglo, con animales humanizados (Akela, Bakera, Baloo, etc.), pero que ha seguido siendo excepcional y tomado como referencia para millones y millones de niños en todo el mundo. Una cita que no será una presentación clásica, pero que involucrará a los niños presentes.

Viernes 31 de mayo, 18 h.

Mario D’Alessandro ha escrito numerosos libros relacionados con nuestra ciudad: Chieti. Una de las más interesantes y bonitas es sin duda “Las bodegas de Chieti” Ópera Editrice, 2006. Describe la Chieti de las primeras décadas del siglo XX, destacando cómo la ciudad estaba llena de las clásicas bodegas del pasado, donde los trabajadores , después de una jornada de trabajo, se entretuvieron, entre el humo, una partida de cartas y una copa de vino. Y los menciona a todos, notando lo particular que era cada uno. Además del vino que cada maestro bodeguero adquiría al campesino de su zona o de su pueblo natal, había delicias: unas salchichas, unas aceitunas, un poco de queso. Algunas bodegas eran famosas por la proactividad del director de la bodega, otras por la amabilidad de este último.

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