“Ahora es el turno de Hungría y del primer ministro Viktor Orbán”, publicó ayer por la tarde el primer ministro belga, De Croo, en X, al pasar el testigo de la presidencia de la UE a Budapest. Cerró el post con los buenos deseos de siempre, pero añadió una frase que dice mucho sobre los temores para los próximos seis meses: “Confío en que trabajaréis en interés de todos los ciudadanos de la UE”.
Ayer Orbán estuvo en Bruselas para asistir a la ceremonia de entrega, que calificó en X de “muy alegre”: “¡Todos estamos muy contentos de que nos toque hacer que Europa vuelva a ser grande!”. No exactamente todos.
El presidente sólo pensará en formar el equipo después del 18 de julio, es decir, después de la votación aunque las carteras formen parte de las negociaciones. Pero la estrategia no es prometer nada seguro para mantener la influencia negociadora. Mientras tanto, continúan las reuniones con los grupos. Ayer von der Leyen se reunió con Bas Eickhout, colíder de los Verdes: sobre la mesa “una mayoría estable y democrática” y “ninguna negociación ni dependencia de la extrema derecha, incluido el ECR”. Esta mañana a las 10 participará en la conferencia de presidentes, aunque aún no están todos los grupos formados: la reunión fundacional de la ECR está prevista para el miércoles (¿qué hará Pis?), pero podría posponerse y la de Id ya está prevista. se trasladó al 8 de julio, después de la segunda vuelta de las elecciones francesas.
El camino por el que avanza von der Leyen es estrecho. Cualquier negociación con la FdI debe ser muy discreta. ¿Se convencerá Meloni o optará por un voto antisistema con la derecha más radical? El presidente tendrá entonces que aprovechar el sentido de responsabilidad del PPE, el S&D y Renew (399 votos) para intentar reducir el número de francotiradores, que de hecho votarían con la extrema derecha. La alianza “Patriotas por Europa” de Orbán está ganando adeptos: los portugueses de Chega han dado un paso al frente. Para un grupo se necesitan al menos 23 diputados (ya superados) de 7 países (faltan tres). La Liga está interesada. Pero son partidos anti-UE con los que von der Leyen no dialoga.