Moldavia está lista para la UE

A finales de la semana pasada, los embajadores europeos acordaron “en principio” los marcos de negociación para las candidaturas de Moldavia y Ucrania a la UE. En el caso de Moldavia, los 27 estados miembros de la UE estuvieron de acuerdo con la evaluación que confirmó que el país había completado las reformas necesarias y ahora estaba bien posicionado para comenzar el proceso de integración al bloque. Se espera que a finales de junio se acuerde en Luxemburgo una “Conferencia Intergubernamental” (CIG), que formalizará las candidaturas y los marcos de negociación de ambos países.

Mientras tanto, la población de Moldavia, de 2,5 millones de habitantes, se prepara para votar en las elecciones nacionales que asegurarán su futuro democrático en Europa. El 20 de octubre, Moldavia celebrará elecciones presidenciales y un referéndum sobre la integración a la UE. Las dos elecciones clave se llevan a cabo en medio de una campaña de desestabilización concertada por parte de Rusia, que proyecta una larga sombra sobre la vida moldava a través de la ocupación de su territorio, el apoyo a sus políticos y medios de comunicación, y también los continuos desafíos económicos, de seguridad y humanitarios causados ​​por la Invasión a gran escala de Ucrania.

La membresía en la UE siempre ha sido un objetivo clave bajo el gobierno proeuropeo de la presidenta Maia Sandu, pero la invasión rusa a gran escala de Ucrania -vecina de Moldavia- ha añadido un sentido de urgencia. En cuatro meses, Moldavia decidirá entre la dependencia política y económica de Rusia o la integración democrática europea. La resiliencia de Moldavia ya está siendo puesta a prueba por los esfuerzos del Kremlin por sembrar discordia social y socavar el proceso de integración de la UE mediante extensas campañas de desinformación, narrativas polarizadoras, discursos de odio, discriminación y ataques cibernéticos.

Pero a medida que Moldavia desarrolla sólidas alianzas en el extranjero, enfrenta enormes desafíos en su país. Las fuerzas rusas han ocupado el territorio oriental de Transnistria desde 1992 y continúan promoviendo el separatismo. En febrero, los funcionarios de la entidad pidieron a la Duma rusa que la defendiera contra “la creciente presión de Moldavia”. Días después, el gobernador de Gagauzia -una región autónoma del sur de Moldavia- viajó a Moscú para pedir el apoyo de Rusia, afirmando que la minoría gagauz estaba sufriendo opresión. Los oligarcas exiliados buscados por el Estado moldavo por corrupción y malversación de fondos a gran escala se están asociando con representantes y partidos pro-Rusia para promover agresivamente la agenda del Kremlin, erosionar la confianza pública en el liderazgo pro-UE de Moldavia y alimentar la polarización social y el euroescepticismo. En octubre pasado, el presidente Sandu acusó a Rusia de conspirar para utilizar saboteadores extranjeros para derrocar violentamente a su gobierno.

La membresía en la UE es una prioridad de seguridad nacional para Moldavia y, como señalaron los embajadores europeos, la alineación está en marcha. En mayo, Moldavia firmó una asociación de seguridad y defensa con la UE, convirtiéndose en el primer país no perteneciente a la UE en unirse a un acuerdo de este tipo. El Fondo Europeo para la Paz (FPE) financia equipos no letales para las fuerzas armadas moldavas, además de mejorar la eficacia operativa. El mes pasado, Moldavia celebró el primer aniversario de la Misión de Asociación de la UE (MPUE), la primera misión civil bajo la política común de seguridad y defensa de la UE, que apoya los esfuerzos para abordar las amenazas híbridas. Además, el Centro de Apoyo de la Unión Europea para la Seguridad Interior y la Gestión de Fronteras de Moldavia está operativo desde 2022 para reducir la amenaza de la trata de drogas, armas y personas y otros delitos transfronterizos.

La lucha contra la corrupción y la desinformación siguen siendo piedras angulares de la integridad y la soberanía de Moldavia, mientras que las vulnerabilidades relacionadas con estos esfuerzos representan graves amenazas a la seguridad explotadas con éxito por actores antieuropeos. Mientras libra una guerra híbrida sin precedentes desde Moscú destinada a socavar su cohesión social y su orden democrático, Moldavia continúa avanzando con reformas internas a gran escala a pesar de importantes limitaciones de recursos. De muy diversas maneras, Moldavia ha demostrado que está dispuesta a aceptar el procedimiento de adhesión y avanzar en su camino europeo. Avanzar en el diálogo con la UE es vital para las elecciones y el referéndum de octubre y ofrece a la UE y a la alianza occidental en general una victoria potencialmente importante a medida que se intensifica la competencia con Rusia. Cualquier mayor baluarte, retraso o estancamiento percibido en este proceso podría socavar la confianza pública en que Moldavia tiene un futuro dentro de Europa.

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