El perro Tião nunca abandona el barco. Él siempre permanece ahí, con la cabeza gacha y los ojos tristes mirando a su alrededor. Lleva así un mes, desde que desapareció su compañero humano, la persona que lo cuidaba. El hombre, un pescador, en realidad está muerto pero Tião no lo sabe y lo espera.
Esta historia la cuenta Rodrigo Gonçalves quien en su perfil de Instagram (@rodrigo_de_gyn) publicó un cortometraje donde vemos a ese perro color caramelo, inmóvil en un barco estacionado a orillas del río Araguia, curso de agua que baña los estados de Goiás, Mato Grosso, Tocantins y Pará, en Brasil.
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Tião era un perro callejero pero había formado una familia con ese hombre. Lamentablemente un día, en un día normal como cualquier otro, el pescador salió al río pero nunca regresó. Y el perro se quedó en la orilla esperándolo: “No sale del barco, es muy complicado. Lo estamos intentando, es una historia triste. No desaparece”, dice en el vídeo un habitante de la región.
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Hay muchos comentarios sobre este vídeo, muchos de los cuales subrayan la importancia de que el perro pueda ver el cuerpo de su amigo humano: “Si el animal no ve el cuerpo del dueño, lo esperará para siempre”, escribe un usuario. Mientras que otro: “El animal entiende que el dueño está muerto cuando lo ve, pero no entiende cuando se va y nunca regresa”. Muchos esperan que alguien se haga cargo de él y que el amor de un nuevo amigo y el tiempo puedan curar sus heridas.
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