Sólo los italianos permanecen en la zona.

Un nuevo golpe a la presencia occidental en Níger. Dentro de unos meses, la bandera de las barras y estrellas será izada en la base militar de Agadez. Y así, tras la retirada de las tropas francesas, sólo quedarán unos pocos cientos de soldados europeos en el hirviente país del Sahel. En particular, los 250 soldados italianos: la última guarnición occidental en una zona del mundo donde sopla fuerte el viento del Este. El ruso en particular, que empuja desde Libia, pero también el chino y el iraní.

La retirada de las tropas estadounidenses de Níger comenzará en los próximos días, dijeron fuentes gubernamentales al New York Times. Unos mil hombres que, junto con los drones Reaper, deberán abandonar el Sahel tras meses de dudas, amenazas y negociaciones agotadoras. La administración Biden ha hecho todo lo posible para evitar que las tropas abandonen el puesto de avanzada estadounidense más grande de la región. Pero la situación parece crítica, especialmente en los últimos dos meses.

Putin, el mapa de aliados: en mayo en China, Xi, India y Venezuela felicitan. El zar no está ni mucho menos aislado

DESCUBRIMIENTO

El 12 de marzo, una primera delegación estadounidense compuesta por dos altos funcionarios y el comandante de Africom, Michael Langley, llegó a Niamey para intentar aclarar la situación con los militares en el poder. Pero esos dos días de reuniones no tuvieron ningún efecto positivo. Las distancias entre las partes ya parecían insalvables, en medio de acusaciones de vínculos con Moscú y acuerdos secretos para ceder uranio a Irán (del cual Níger es rico). Hasta el punto de que tres días después de la partida de los delegados estadounidenses, Níger anunció la “orden de desalojo” definitiva en un discurso en la televisión nacional pronunciado por el coronel Amadou Abdramane, portavoz de la junta. Para los militares, la presencia estadounidense en el país era “ilegal” y contra “todas las normas constitucionales y democráticas”. Y mientras tanto llegó la noticia de que había aparecido la lápida de cualquier cooperación con Washington. Los primeros cien asesores militares rusos llegaron a Níger, listos para entrenar a las tropas nigerinas en el uso de un sistema de defensa aérea no especificado (quizás el Pantsir 2, dicen los expertos). La última llamada de atención antes de la manifestación del pasado sábado, cuando cientos de personas pidieron la retirada de las fuerzas estadounidenses. La procesión tuvo el mismo telón de fondo que las protestas que han animado al país desde el golpe que derrocó al presidente Mohamed Bazoum. La gente sale a las calles, aplaude al nuevo gobierno, ondea las banderas del país. Y junto a las nacionales, también ondean banderas rusas y efigies con el presidente Vladimir Putin. Un mensaje que nunca dejó lugar a dudas. Pero era esencial que Estados Unidos evitara dar la impresión de que se retiraba inmediatamente. Y sobre todo por recomendación de una junta militar que depuso a uno de sus aliados.

Las operaciones del Pentágono en Agadez prácticamente han cesado desde el día del golpe. Pero esa base de cien millones de dólares ha sido durante años uno de los pilares de la estrategia estadounidense en África. Desde donde Washington controla no sólo Níger, sino toda África Occidental. Un ojo puesto en las milicias locales, en los movimientos terroristas de Al Qaeda y en el autodenominado Estado Islámico. Pero, sobre todo, un último puesto de avanzada en un Sahel donde Occidente empieza a retroceder cada vez más en detrimento de sus rivales estratégicos. Primero con Francia y ahora con Estados Unidos. En el hirviente país africano, encrucijada de rutas migratorias, oscuros tráficos e intereses de las grandes potencias, aún permanecen Italia y sus socios de la Unión Europea. Que entre el entrenamiento de las fuerzas locales y el apoyo a la población, intentan no abandonar a Níger y a toda la región a un destino que parece cada vez más incierto y ciertamente lejano de Occidente. En la última reunión bilateral en Capri entre el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, y el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, el jefe de la diplomacia estadounidense reiteró la importancia de mantener una presencia italiana y europea en el Sahel “para evitar una mayor desestabilización”. Italia está en primera fila. Pero sin el apoyo de Estados Unidos y de sus principales socios europeos, la misión de Roma parece cada vez más compleja.

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

Lea el artículo completo en
El Gazzettino

PREV No hay acuerdo sobre las negociaciones en El Cairo. Netanyahu: “No aceptamos dictados de Hamás” – Noticias
NEXT Máxima atención al transporte y la energía.