Máxima atención al transporte y la energía.

Después de los ciberataques perpetrados desde 2022 por piratas informáticos pertenecientes a grupos prorrusos, Italia también se encierra para evitar acciones “físicas” en el territorio nacional. La alarma levantada por Tiempos financieros Sobre el riesgo de operaciones en Europa que podrían incluir sabotajes e incluso ataques, los servicios de seguridad de nuestro país no se sorprenden mucho, pues ya con la invasión rusa de Ucrania han elevado los niveles de control y seguimiento de situaciones potencialmente peligrosas, a partir de con ciberinterferencias e infiltraciones, con continuos intercambios de información entre los distintos organismos de inteligencia y control de la red web, pero también de las infraestructuras.

Hace dos semanas llegó una alerta de Estados Unidos para los aliados, por lo que Italia incluyó sobre la posibilidad de que Moscú quisiera aumentar el nivel de intrusión en aquellos países que se han puesto del lado de Ucrania. Y a medida que pasan los días, aumenta inevitablemente la alarma, ligada también al debate en algunos Estados europeos sobre el posible envío de tropas de la OTAN al frente ucraniano.

Desinformación e influencia en la opinión pública

Una escalada ya prevista entre los posibles escenarios futuros que tienen en cuenta el riesgo de infiltrados dentro de nuestras fronteras o contra los intereses italianos en el exterior. No sólo especialistas en desinformación y en orientar a la opinión pública a distancia, sino también en acción sobre el terreno. Aunque por ahora no hay informes concretos al respecto, la atención es continua y va de la mano de la vinculada al riesgo de ataques de movimientos subversivos de origen islámico, que ya están en el centro de medidas de seguridad cada vez más estrictas, reforzadas en las últimas semanas con el aumento de la tensión en Oriente Medio, los bombardeos en la Franja de Gaza, la movilización pro Palestina y las protestas contra Israel, que a menudo resultan en antisionismo.

La presidencia del G7

Sin embargo, los responsables de la investigación son conscientes de que cualquier emisario de Moscú todavía sería realmente capaz de atacar en Europa. Y por tanto también en Italia, que también tiene la presidencia del G7 2024, con la cumbre prevista para un mes en Apulia. Una demostración clara sería, como reveló entonces la inteligencia española -pese a la cautela del Gobierno de Madrid-, el asesinato de Maxim Kuzminov, el desertor ruso que aterrizó a los mandos de su helicóptero en una base ucraniana en 2023, asesinado el 13 de febrero en su refugio de Alicante. Sin olvidar en Roma el caso del ex capitán de fragata Walter Biot, condenado a 20 y 25 años, por el tribunal civil y por el de las estrellas, por espionaje a favor de los rusos, según la acusación, venta de secretos militares a un funcionario del Kremlin.

El caso del apagón de 22 horas de 2003 en toda Italia

En definitiva, un marco de Guerra Fría, que se suma al conflicto híbrido ya en marcha y ahora, neto de la narrativa de un bando y del otro, podría dar un salto de calidad. Empezando por nuevos ciberataques – inspirados en los implementados en Ucrania, cuyo objetivo es desactivar infraestructuras enteras y destruir sistemas de gestión de la sociedad civil mediante la interferencia sobre sistemas de gestión y seguridad: sobre todo transporte y energía. El fantasma del apagón nacional de 2003 que duró 22 horas (entonces debido a una avería en Suiza) sigue presente. Tampoco en este caso, al menos oficialmente, existen amenazas actuales, pero se han reforzado los perímetros de las infraestructuras críticas: se trata de tecnologías que pueden ser atacadas.

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