¿Qué pasó? – DiLei

Recientemente, la influencer Cristina Fogazzi, conocida como Cynical Beautician, organizó un evento que generó mucha discusión. El lugar elegido para la cena de Veralab, su empresa de productos de belleza, fue la prestigiosa Biblioteca Nacional Braidense y el patio de honor de Brera, en Milán.

El evento, destinado al lanzamiento de la marca Veralab en España, contó con numerosos influencers españoles y desató una polémica en las redes sociales.

Críticas de las redes sociales

La página de Instagram Milano_segreta, famosa por sus giras culturales, criticó duramente el evento, calificándolo de “espectáculo indecoroso e indigno para una institución importante como Brera”. Las críticas se centraron en elección de instalar mesas dentro de la Biblioteca Braidenseun lugar donde los estudiantes tienen prohibido comer y beber, y sobre la organización de una discoteca al aire libre en el patio principal.

Milano_segreta subrayó lo inadecuado de la cena en la Biblioteca Braidense, un lugar donde “está estrictamente prohibido comer e incluso beber agua”. La indignación ha aumentado por la presencia de comida y música en un entorno que alberga un patrimonio literario de valor incalculable. Se han planteado preguntas sobre cómo se pudo haber permitido un evento de este tipo a sólo unos centímetros de volúmenes antiguos y estantes históricos.

La medida provocó una tormenta de críticas en las redes sociales. Numerosos comentarios negativos definieron el suceso como un “botín”, un “espectáculo indecoroso” e incluso un “ataque”. Algunos expresaron amargura, declarando que “todo tiene un precio” en estos tiempos.

La defensa del director de la Galería de Arte

Angelo Crespi, director de la Pinacoteca di Brera, respondió a la polémica en las páginas del Corriere della Sera. Señaló que la cena tiene generó aproximadamente 80.000 euros para la Galería de Arte, así como 15.000 euros para los custodios. Crespi explicó que los precios se establecen mediante un reglamento ministerial, que permite el alquiler de espacios culturales para financiar la restauración y conservación. Citó ejemplos internacionales, como una cena de Gucci en el Louvre, para demostrar que eventos similares son comunes en otros lugares. Crespi aseguró que el evento se desarrolló en máximo respeto de las normas de seguridad, sin ningún daño a los espacios históricos.

La respuesta de Cristina Fogazzi

Cristina Fogazzi defendió su elección afirmando que no había hecho nada malo. Precisó que prefiere invertir en espacios públicos para apoyar a la comunidad en lugar de a los individuos privados. Interpretó la crítica como un ataque clasista, señalando que eventos similares organizados por marcas de lujo no recibieron el mismo trato.

“Las velas de las mesas eran falsas y no se tomaron fotografías con flash”, precisó la empresaria, añadiendo que los proveedores de catering son seleccionados por los propios museos y que ella pagaba regularmente por el uso del lugar.

Fogazzi defendió el uso de espacios culturales para eventos privados, afirmando que “las obras que se ven en el interior de Brera fueron realizadas gracias al cliente privado”. También destacó que se ganó todo con su trabajo, rechazando las acusaciones de que era una “advenediza”.

La empresaria destacó a continuación su origen popular y reiteró el problema de un país donde el ascenso social está paralizado desde hace años.

¿Es este un caso de fatiga de influencers?

Como ocurre cada vez con más frecuencia, el verdadero problema probablemente (como también se escribe en varios comentarios) no resida tanto en la elección del lugar del evento, sino en el constante bombardeo mediático de un estilo de vida extremadamente exclusivo al que están expuestos los usuarios. a diario, sin importar el origen humilde del personaje en cuestión.

Existe una creciente fatiga y saturación entre los usuarios de las redes sociales con respecto a la exposición constante a los estilos de vida mostrados por los influencers. Este fenómeno, conocido como “fatiga de los influencers”, es particularmente evidente entre los jóvenes que quieren contenidos más auténticos y reales. La exhibición continua de riqueza se percibe como insensible, especialmente en un período de creciente dificultad económica para muchos.

Un ejemplo emblemático fue el viaje organizado por Tarte Cosmetics, que envió a numerosos influencers a destinos exóticos como Bora Bora y Dubai. Estos acontecimientos, aunque espectaculares, han recibido críticas por estar fuera de lugar en el contexto de una crisis del coste de la vida.

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