Lilli Gruber está perdidamente enamorada de él: también lo lleva con ella al programa pero se queda detrás de escena | no se trata del marido

Lilli Gruber y Jacques Charmelot- iFood.it

Lilli Gruber, un rostro muy querido de la televisión italiana, revela uno de sus secretos: he aquí una de sus pasiones diarias.

Lilli Gruber, una estimada periodista y figura pública italiana, comenzó su andadura en el periodismo televisivo en 1986 como presentador del TG2 de media tarde.

Su salto a la fama se produjo en 1989 cuando, como corresponsal, cubrió acontecimientos históricos como el Caída del muro de Berlín.

Al año siguiente, Gruber se mudó a TG1, donde alternó entre presentar la edición principal de las 8 pm e informar sobre zonas de conflicto, como Yugoslavia e Irak.

Paralelamente a su carrera en televisión, Gruber colabora con prestigiosos periódicos como el Corriere della Sera y La Stampay trabajar con emisoras internacionales como ProSieben, SWF y CBSquien le confió importantes entrevistas.

Lilli Gruber: una vida entre el periodismo, la política y la elección de casarse

En 2004, Gruber decidió dedicarse a la política y fue elegido en el Parlamento Europeo en la lista “Unidos en el Olivo”y luego unirse al Partido Democrático. Sin embargo, dimitió en 2008, seis meses antes del final de su mandato, para asumir la dirección de la empresa. retransmitir “Otto e mezzo” en La7. Su visión del periodismo enfatiza la importancia de la imparcialidad y la verificación de datos, así como la resistencia a la manipulación y la propaganda.

A pesar de una larga vida de escepticismo hacia el matrimonio, su vida personal da un giro. tuvo lugar en el año 2000 cuando se casó con el periodista francés Jacques Charmelot. La ceremonia se celebra en Alto Adige, precisamente en Montagna, y Gruber elige un vestido de Giorgio Armani de color miel, llevando una única rosa del mismo color en lugar del tradicional ramo. La pareja ha mantenido un vínculo matrimonial sólido, a pesar de la distancia geográfica que muchas veces imponen sus compromisos laborales. Lilli Gruber sigue siendo una figura destacada tanto en el panorama mediático como personal, demostrando cómo la profesionalidad y la vida privada pueden entrelazarse armoniosamente.

Lilli Gruber – iFood.it

Lilli Gruber nunca se rinde: todos los días en su agenda

El día típico de Lilli Gruber es una incesante sucesión de compromisos, que incluyen organizar programas, reuniones editoriales y escribir artículos. A pesar del frenesí, encuentra un descanso para almorzar a las 15.30 horas. En la redacción, la práctica común es trae la “schiscetta”“, término milanés que indica la comida preparada en casa y llevada a la oficina.

Lilli, que presta atención a su alimentación, especialmente durante la semana laboral, prefiere almuerzos ligeros pero nutritivos. Su elección suele recaer en una ensalada mixta fresca enriquecida con semillas tostadas y un generoso trozo de parmesano, que le encanta y que se lleva entre bastidores del espectáculo, una combinación que equilibra sabores y aporta una buena mezcla de proteínas y fibra. Nunca faltan una o dos frutas, lo que confirma su compromiso con una dieta equilibrada que apoye el ritmo exigente sin sobrecargarla y le permita afrontar el resto del día con la energía adecuada.

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