Natación, Terence Hill, películas del oeste. Cuando Bud Spencer era campeón olímpico

Natación, Terence Hill, películas del oeste. Cuando Bud Spencer era campeón olímpico
Natación, Terence Hill, películas del oeste. Cuando Bud Spencer era campeón olímpico
Bud Spencer (Carlo Pedersoli) durante un photocall en Berlín (2011)

El de Carlo Pedersoli, alias Bud Spencer, era una doble vida: nadador y campeón de Italia en los años 50, luego actor de renombre internacional a partir de los años 60. La historia del gigante “brusco” nacido en Nápoles y que se convirtió en un mito del cine italiano ha viajado por todo el mundo, como sus películas del oeste, y aún hoy su nombre es un símbolo de italianidad. Durante más de una década su éxito estaba vinculado al de su colega y amigo Terence Hill, a quien conoció por casualidad en el set y se convirtió en su compañero en más de dieciocho películas. Guionista, productor de televisión pero también cantante y músico (la letra de “Cleopatra” por Nico Fidenco y “Cada noche” de Ornella Vanoni), la vida de Bud Spencer tuvo muchos colores y facetas, lo que lo convirtió en una figura clave de historia del cine italiano.

La natación, los Juegos Olímpicos y el récord italiano

A los 16 años, después de haber viajado por el mundo con sus padres por motivos laborales, Bud Spencer, nacido Carlo Pedersoli, regresó a Italia y se unió al equipo de Lazio Nuoto. Era alto, delgado y bien parecido pero sobre todo preparado atléticamente gracias a su pasión por el boxeo y el rugby, y enseguida se lució en la piscina. En 1950 entró en la historia de yo nado el italiano, primer atleta italiano que bajó del minuto en los 100 metros libres; El récord fue superado un año después, cuando Pedersoli mejoró aún más su tiempo, cayendo a 58”9. En su carrera deportiva, Bud Spencer consiguió siete títulos italianos y se convirtió en campeón italiano en el relevo, pero en su palmarés también figuran dos medallas olímpicas obtenidas en Londres ’48 y Roma ’60. Precisamente gracias a su físico imponente y escultural forjado por la natación, llamó la atención de algunos directores de cine que en los años cincuenta le ofrecieron algunos papeles menores, que le allanaron el camino hacia el éxito.

El encuentro con Terence Hill y la exitosa asociación

La carrera de Carlo Pedersoli cambió radicalmente con la película “¡Dios perdona, yo no!” de 1967, uno de los muchos de la saga spaghetti-western. El actor ya había realizado siete películas con papeles secundarios, pero cuando fue elegido para ser el protagonista de la película dirigida por Giuseppe Colizzi su vida cambió definitivamente. El actor tuvo que filmar “Dios perdona… ¡Yo no!” junto a Pedro Martell, otro actor emergente de la época, pero la noche antes de partir hacia Almería -donde se iba a rodar la película- el hombre sufrió un accidente y se fracturó el pie. El director Colizzi se vio obligado a sustituir a Martell rápidamente y contrató a Mario Girotti, que ya tenía bastante experiencia en westerns.

Carlo y Mario se conocieron en el set y Colizzi comprendió inmediatamente que la pareja tendría un gran éxito. “Desde ese día hemos estado unidos y esto ha sido un milagro. El milagro de la unión de estos dos personajes. Nunca hemos discutido. Fuimos los primeros en darle vida al western cómico.“, dijo Bud Spencer en 2015 al hablar del primer encuentro con su amigo y colega. Terence Hill.


1967 marca el inicio de un gran ascenso cinematográfico para la pareja formada por Terence Hill y Bud Spencer (que cambiaron su nombre con el primer cartel “¡Dios perdona, yo no!“) y que luego hicieron otras dieciocho películas juntos.

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