Ayer por la tarde tuvo lugar en Melicucco la ceremonia de nombramiento de la plaza “Dante Alighieri” en honor al sacerdote Don Michele Vomera, párroco de Melicucco de 1966 a 2003.

Ayer por la tarde tuvo lugar en Melicucco la ceremonia de nombramiento de la plaza “Dante Alighieri” en honor al sacerdote Don Michele Vomera, párroco de Melicucco de 1966 a 2003.
Ayer por la tarde tuvo lugar en Melicucco la ceremonia de nombramiento de la plaza “Dante Alighieri” en honor al sacerdote Don Michele Vomera, párroco de Melicucco de 1966 a 2003.

Ayer por la tarde tuvo lugar en Melicucco la ceremonia de nombramiento de la plaza “Dante Alighieri” en honor al sacerdote Don Michele Vomera, párroco de Melicucco de 1966 a 2003.

Estuvieron presentes el párroco Don Pasquale Galatà, el alcalde de Melicucco Francesco Nicolaci, los miembros de la administración municipal y numerosos fieles

El alcalde Nicolaci subrayó que con esta dedicatoria la Administración quiere recordar a los seres queridos que dejaron una huella en la comunidad de Melicucco.

“ Don Michele Vomera fue un punto de referencia religioso y no sólo eso, durante casi cincuenta años representó una piedra angular para la vida de toda la comunidad, y supo dejar una huella imborrable en muchas generaciones. Con esta dedicatoria queremos honrar tu memoria y hacerla conocer a quienes no tuvieron esta oportunidad. Don Michele Vomera, sacerdote, hombre, padre que dedicó su vida al compromiso religioso, social y sobre todo humano. Fue una sólida guía para el crecimiento y la formación espiritual y cultural de nuestros jóvenes”.

Don Giuseppe Galatà recordó que Don Vomera, además de ser párroco de Melicucco durante 37 años, también sirvió a la Iglesia diocesana como director de la Oficina de Migrantes y de la Oficina de Peregrinaciones, y puso en marcha el Instituto Diocesano de Apoyo al Clero, una nueva experiencia para toda la comunidad. Iglesia, reconociendo sus cualidades y su amor por la Esposa de Cristo.

Don Vomera dirigió la parroquia sin cansarse nunca, dio vida a grupos y movimientos, llevó a los laicos a la conciencia de ser Iglesia viva, educó las mentes con la enseñanza de la Religión Católica, siguió a los jóvenes en el oratorio, único punto de encuentro del tiempo, transmitiéndoles los verdaderos valores de la vida y conduciéndolos a Jesucristo. Enriqueció la Iglesia con nuevos sacerdotes a través de su oración y testimonio.

Don Vomera marcó la historia de Melicucco y su memoria es imborrable en la mente y el corazón de todos aquellos que lo conocieron y amaron.

Después de la ceremonia, todos los presentes participaron en la Santa Misa presidida por Don Giuseppe Galatà

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