por Vincenzo Scontrino
Si hay algo que destaca del presidente Antonini es el cumplimiento de su palabra. En un mundo de declaraciones nebulosas, Antonini es una certeza. Tiene la capacidad de transformar el futuro en presente, con sus pros y sus contras. Dijo que conseguiría el ascenso de los dos equipos, fútbol y baloncesto, y hoy toda la ciudad está de celebración.
Pocas veces conocemos a una persona que promete y cumple, y no podemos hablar de suerte, sino de mérito. Ayer lanzó una idea que debería preocupar a los responsables de la ciudad: trasladar el equipo a Palermo para la Euroliga, parece que para disputarla se necesitará una sala con capacidad para 9.000 espectadores y el Palailio es insuficiente. Ya sea por provocación o por planificación, nuestros administradores deberían actuar, ahora y de inmediato, porque la ciudad no puede perder un evento deportivo de este tipo simplemente por la insuficiencia de las instalaciones. Y luego deberán comprometerse, como hasta ahora Antonini, a hacer que el sueño continúe.
Iniciar un estudio de viabilidad de un nuevo estadio con capacidad para 10.000 espectadores, buscar fuentes de financiación y construir la estructura. No falta tiempo, aún quedan más de dos años en el mejor de los casos, pero el hombre hace lo que dice y no creo que valga la pena correr riesgos. Ahora la pelota pasa al alcalde Tranchida y a su consejo, el sueño europeo debe hacerse realidad y vivir en Trapani, que no merece una pena tan humillante. Y en un proyecto de este tipo la mayoría y la oposición sólo podían unirse por el bien de la ciudad. ¡Y sería un giro más atribuible al inefable Antonini!
