Un gran caos, teñido de rosa. La fiebre del Giro se siente en Biella desde primera hora de hoy. Todos los pueblos tocados por el recorrido de la segunda etapa respondieron al momento, coloreando las calles con pancartas, globos y flores.
La capital no fue la excepción, pero la pasión más intensa se pudo sentir en el camino que conduce a Oropa. Desde Bottalino hasta el Prato delle Oche, subir al Santuario es una inmersión total en el amor por la bicicleta.
La carretera está cerrada al tráfico (excepto pasos), por lo que los ciclistas y caminantes aficionados disfrutaron de una subida cómoda y segura. A los lados de la carretera, un tumulto de banderas: las más cálidas son las hinchadas sudamericanas, argentinas, colombianas y ecuatorianas en particular, pero Bélgica, Holanda y el Reino Unido también estuvieron bien representados.
Los alrededores de Oropa están listos: el escenario montado, los carteles colocados a los lados de la carretera, la espera febril. Las nubes se ciernen amenazadoras, un clásico de todo fin de semana que se precie en Biella. Pero este no es un domingo cualquiera.
Muchedumbre también en Valdengo, donde se encuentra una meta voladora y punto de partida de la carrera de bicicletas eléctricas: junto a la influencer de Valdengo Elisa Scarlatta, algunos alcaldes y administradores, entre ellos Roberto Pella, Giacomo Moscarola, Francesca Delmastro, Paolo Maggia y el presidente de la provincia Emanuele Ramella.
