El Banco Central Europeo reitera que en su reunión de principios de junio el Consejo de Gobierno consideró “oportuno moderar el grado de restricción de la política monetaria después de haber mantenido los tipos de interés sin cambios durante nueve meses”. La decisión refleja mejoras en las perspectivas de inflación, que “ha caído más de 2,5 puntos porcentuales” desde septiembre del año pasado, cuando las tasas se incrementaron por última vez.
“La inflación subyacente también ha caído, lo que refuerza los signos de un debilitamiento de las presiones sobre los precios”, añade el BCE en su último boletín económico.
Pero casi como para reiterar las señales aparentemente contradictorias del último directorio, el mismo documento añade que “a pesar de los avances de los últimos trimestres, persisten fuertes presiones internas sobre los precios debido al elevado crecimiento de los salarios, y la inflación probablemente se mantendrá por encima del objetivo (2% simétrico) hasta gran parte del próximo año”.
El BCE reitera que está “decidido a garantizar el retorno oportuno de la inflación al objetivo del 2 por ciento a medio plazo y mantendrá los tipos de referencia en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para alcanzar este objetivo”.
La institución no comenta sobre el calendario de esta fase y, por tanto, indirectamente sobre la posibilidad de nuevas reducciones. “El Consejo seguirá aplicando un enfoque basado en datos, mediante el cual las decisiones se toman en cada reunión caso por caso”. Las decisiones sobre tasas dependen de la inflación, los datos económicos y financieros y la intensidad de la transmisión de la política monetaria. “El Consejo de Gobierno no tiene intención de comprometerse con una trayectoria de tipos concreta”, concluye el boletín.
