Piazza Salvemini, ahora el colegio de arquitectos vuelve a pensar

Se ve que la discusión que surgió tras la posición del colegio de arquitectos sobre el cierre nocturno de Piazza Salvemini se debe a que fueron los periodistas los que no entendieron. Sin embargo, la carta dirigida a los distintos redacciones, al alcalde y a los concejales, comenzaba con un título inequívoco: “no a los muros”. Un concepto tan simple y claro que no debería dejar lugar a interpretaciones, sino que es precisamente la orden de los arquitectos, tal vez porque su carta ha provocado un discreto can-can, la que envía una nueva carta a los medios, al alcalde y a los concejales. Pero como suele ocurrir cuando crees que no te entienden, preparas una nueva comunicación que, sin embargo, siempre es así, en lugar de disipar las dudas, corre el riesgo de aumentarlas. Y esta vez también es así. La premisa, como se mencionó anteriormente, es que el mensaje transmitido no era el deseado y que la comunicación titulada “No a los muros – Abrid Salvemini” no tenía ninguna intención polémica. Extraño porque el título en sí bastaría para comprender que el encargo de arquitectos no veía con buenos ojos la idea de cerrar la plaza con puertas.

En el nuevo comunicado de prensa del colegio de arquitectos leemos que «La carta estaba dirigida principalmente a la Administración del Condominio, con la que siempre ha habido respeto mutuo, estima y colaboración, y que a lo largo del tiempo ha hecho todo lo posible con competencia para intentar Resolver la situación de deterioro de la zona. Por ello le hemos hecho un llamamiento sincero para que la intervención propuesta tenga características temporales pero al mismo tiempo calidad arquitectónica”. También se insiste en el concepto de provisionalidad en un segundo punto, pero no se puede dejar de advertir que en nuestro país no hay nada más definitivo que lo que nace como provisional. De la orden, en la persona del presidente Roberto Righetto, que insiste en la calidad arquitectónica y al mismo tiempo no niega la necesidad de elaborar un plan que agrupe las zonas públicas de Piazza Salvemini y las futuras de PP1 para resolver los fenómenos en perspectiva de degradación actualmente presentes.

Una historia a su manera sencilla acabó desatando una tormenta que esta nueva comunicación, estamos seguros, no calmará las discusiones, sino que las volverá a alimentar. Bastaron con la colocación de las rejas que se utilizan para preparar la obra y el comunicado de prensa del colegio de arquitectos para poner el foco en un asunto que sólo se ha manifestado tal como es en los últimos días. De ahí la discusión sobre si es correcto o no resolver un problema con las puertas que evidentemente no afecta sólo a los condominios de Piazza Salvemini, dado que las personas de las que hablamos no viven en esa plaza sino que es donde tienen sus oficinas. .

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