El talk show es el género menos adecuado para hablar de Ustica

El talk show es el género menos adecuado para hablar de Ustica
El talk show es el género menos adecuado para hablar de Ustica

DeAldo Grasso

A lo largo de la velada, Giletti se comportó como cualquier locutor de un talk show que intenta resaltar las entrevistas, las comparaciones entre los invitados, las supuestas revelaciones.

Siempre es muy difícil hablar de programas que involucran a familiares de víctimas, en los que, a pesar de haber transcurrido 44 años desde la masacre de Ustica, muchas heridas siguen abiertas. Pero mi tarea es reflexionar sobre un programa llamado «Ustica: una brecha en el muro» (en vivo por Rai 3 desde el Museo de la Memoria de Ustica) y sobre su presentador, Massimo Giletti. El objetivo declarado del programa era muy ambicioso: romper el muro de goma que mantuvo a las familias de las víctimas y a un país entero alejados de la verdad de esta tragedia nacional, como si se cuestionara el valor de otros buenos periodistas (en primer lugar Andrea Purgatori, nunca mencionado durante la velada). Ahora bien, ante un tema tan delicado, donde están en juego secretos de Estado, verdades ocultas y el respeto a las víctimas, el género menos adecuado para abordarlo es el talk show. El modelo “Arena” no se puede utilizar para temas que sólo requieren una investigación seria.

Durante una charla la mayoría de las veces no entiendes nada, se pierde el hilo de la conversación, vale una voz como otra; la discusión avanza por acumulación y referencias y, al final, a pesar de las primicias invocadas, se tiene la sensación de que nada nuevo se ha añadido a lo que no se sabía ya: sobre los cielos de Ustica se estaba desarrollando una guerra entre libios MiG y aviones de la OTAN, franceses y americanos. El Dc9 se utilizó para detectar una fuga. Toda la noche, Giletti exhibió la postura “espalda erguida”, “el hereje que busca la verdad”, como él mismo se definió. En cambio, se comportó como cualquier presentador de un programa de entrevistas que intenta enfatizar las entrevistas, las comparaciones entre los invitados, las supuestas revelaciones. Si hubiera hecho una investigación, si hubiera rodado un documental, quizás habría estado más atento al tema que a su persona; sobre todo habría intentado encontrarle sentido a una larga y oscura aventura llena de lágrimas, sangre y enigmas. Ustica debería recordarnos que una charla televisiva nunca resuelve nuestras perplejidades ni suprime nuestros problemas: es simplemente una improvisación y un paliativo.

26 de junio de 2024

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