Los propietarios de un conocido bar del centro de San Donà di Piave, en provincia de Venecia, han solicitado al exempleado acusado de hurto agravado una indemnización de más de 300.000 euros. El asunto, denunciado por el Gazzettino, se remonta al año pasado y se espera el cierre de las investigaciones judiciales en los próximos días.
La ex empleada, camarera, fue desenmascarada por los Carabinieri de San Donà, que la sorprendieron in fraganti mientras robaba dinero de la caja. La investigación se inició después de que los propietarios del negocio, abierto desde hace unos diez años a pocos pasos de Piazza Indipendenza, constataran una importante caída de los ingresos.
Con la colaboración de los Carabinieri, se instalaron cámaras ocultas que permitieron pillar a la camarera con las manos en la masa. Algunos clientes de confianza pagaban con billetes previamente fotocopiados por los titulares. Los militares intervinieron poco después de comenzar el turno de la empleada y la encontraron en posesión de aproximadamente 50 euros que acababan de ser sustraídos de la caja registradora.
Según la evaluación de los gerentes, la camarera robaba cada día entre 100 y 150 euros. La situación surgió tras una intervención de la Policía Financiera, que había sancionado al bar por no emitir un recibo, la primera señal de alarma.
