“Actué como su madre. Era un rebelde, no un drogadicto”.

Publicado: 25/06/2024 22:52

Tomás y la abuela Olga

Ahora esa villa de dos plantas inmersa en el verdor de la campiña de Roscione parece aún más grande, inevitablemente más vacía. Cristopher Thomas Luciani nunca volverá a casa, después de haber sido brutalmente asesinado con 24 puñaladas en el corazón de Pescara. Abuela, Olga Cipriano, que se había convertido en su madre, ahora está presa de la desesperación: “No puedes morir así. Era un niño flaco –dice- un niño de oro”.
Lea también: Thomas Luciani, el testigo relata los espantosos detalles de su asesinato



Joyera jubilada, Olga siempre ha cuidado de su sobrino, ya que él nunca supo que su padre y su madre lo abandonaron hace más de 12 años. Ahora tampoco volverá: “No quiere ver a su hijo en un ataúd”. Una vez más, Olga se encargará de todo: “Tenía tres años y medio cuando lo acogí. Yo lo crié, fui su madre”, dice. Siempre intentó estar presente en la vida de Thomas, incluso en los momentos más difíciles: “Tenía los problemas que tienen todos los niños de esta edad. No era un drogadicto, no era un drogadicto”, añade.

Hasta hace un par de años, durante la escuela secundaria, nunca había habido ningún problema. “Cuando iba al instituto, en Pescara, empezaron los problemas”. Thomas tomaba el autobús por la mañana y a menudo se detenía para comer en el centro después de la escuela. Luego tomó el transporte público para volver a casa, recorriendo 30 kilómetros. Según su familia, fueron “malos amigos” los que lo llevaron por el camino equivocado, que lo llevó a una comunidad. “Pero él no quería quedarse, intentó escapar, era rebelde”. El hermano de la abuela-madre, Sergio, vive habitualmente en Turín.pero en aquellos días estaba de vacaciones en la zona de Pescarese: “Al menos puedo estar cerca de mi hermana”, dice.

El recuerdo de esa noche.

Recuerda cada detalle de aquella noche de domingo: “Tomás se había escapado de la comunidad, esperábamos que lo encontraran o que regresara a su casa, pero eso no sucedió. La policía llamó a la puerta en mitad de la noche”. Sergio reflexiona: “¿Cómo pudo pasar algo así? Uno cría a sus hijos con toda la atención del mundo y luego, en un par de años, por algunos malos encuentros… ser padre es difícil”. Es también el caso de los padres de los dos jóvenes de dieciséis años detenidos bajo sospecha de asesinato, del policía y del abogado que ahora esperan saber la suerte de sus hijos en el caso. “A lo mejor en casa eran buenos y fuera eran unos monstruos, no lo sé – continúa Sergio – Pero me pregunto: ¿cómo es posible que un policía, con su mirada atenta, no se haya dado cuenta del camino que había tomado su hijo?”. Preguntas que no cambiarán lo sucedido, pero a las que debemos encontrar una respuesta para evitar que vuelva a suceder: “De todos modos – como dice la abuela de Thomas – la justicia tarde o temprano sale a la superficie. Espero”.



Ausencia total de empatía emocional

Las conclusiones se leen en el decreto de detención.. «Lo que surge es la ausencia de empatía emocional con un acto de una brutalidad sin precedentes, como despotricar sobre el cuerpo, acudir al balneario a nadar en el mar, sin pedir auxilio ni denunciar el hecho a las autoridades, sino charlar con macabra ironía sobre el suceso que había ocurrido. acaba de suceder”.

Continúe leyendo en TheSocialPost.it

PREV ¡Stelar Blade para PS5 está al PRECIO MÁS BAJO en Amazon!
NEXT Beko Europa, primer encuentro entre empresa, sindicatos y autoridades locales en Mimit