Contratos de luz y gas con trucos, todo empieza con una llamada telefónica

Contratos de luz y gas con trucos, todo empieza con una llamada telefónica
Contratos de luz y gas con trucos, todo empieza con una llamada telefónica

Contratos de suministro de electricidad y gas con el “truco”. Ésta es la hipótesis que subyace a la operación policial denominada “Interruptor de Energía”, finalizada hoy 25 de junio. La investigación está coordinada por la Fiscalía de Milán y se llevaron a cabo búsquedas locales e informáticas en varias provincias italianas y en Tirana (Albania). Los tipos de delitos son: asociación delictuosa con fines de estafa, extorsión y autoblanqueo en contratos de suministro de energía eléctrica y gas.

La investigación se inició a raíz de la denuncia de un sacerdote milanés, acosado por llamadas de call center que, con insistencia y tono agresivo, le pedían que pagara facturas impagadas relativas a contratos de electricidad y gas que nunca había firmado.

El centro de operaciones de ciberseguridad de Milán descubrió la existencia de una red formada por dos empresas de Padua que suministran electricidad y gas y numerosos centros de llamadas con oficinas en Italia y Albania.

Fraude contractual: todo empieza con una llamada telefónica desde el call center

Según la fiscalía, las estafas perpetradas por los sospechosos partían de numerosas e insistentes llamadas telefónicas (también a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde) con las que se recogían datos de las víctimas, convencidas de que hablaban con empleados de Arera o de empresas energéticas con las que hubieran celebrado contratos regulares de suministro de electricidad y gas. Engañaron a las víctimas hablándoles de obras viales imaginarias que habían cortado los cables eléctricos o las tuberías de gas y por lo que era necesario activar temporalmente un nuevo contrato con un operador “acordado”.

Al no poder convencerlos con estas ofertas, los sospechosos utilizaron los datos adquiridos durante las llamadas telefónicas para activar el contrato con firmas falsas en la documentación en papel. En otros casos, cuando el procedimiento de activación requería una grabación de voz, la voz de la víctima, grabada durante la llamada telefónica, era ingeniosamente manipulada con editores de audio o aplicaciones.

Sólo después de unos meses las víctimas recibieron enormes recordatorios de pago de facturas impagas. En ese momento comenzó el calvario de innumerables llamadas telefónicas que culminaron en amenazas: “Mientras tanto, te cortaremos el suministro eléctrico y, si aún no pagas, te cortaremos la luz”. El tono de las llamadas telefónicas era tanto más agresivo cuanto más vulnerables resultaban ser las víctimas, entre ellas una anciana veneciana de 87 años.

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