Se inaugura el “Centro de Escucha para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables”

El “Centro de escucha para la protección de menores y adultos vulnerables” de la diócesis de Belluno-Feltre abrirá sus puertas el 10 de julio y tendrá como persona de contacto a Elena Fontana y encontrará un lugar en una sala del Centro Giovanni XXIII, en. Piazza Piloni en Belluno, y estará abierto una vez cada dos semanas, los miércoles, de 17 a 19 horas (tel. 3515658356 – correo electrónico: [email protected]).
La iniciativa fue presentada esta mañana en una rueda de prensa celebrada en la Curia y a la que asistieron monseñor Renato Marangoni y algunos miembros del equipo diocesano: el representante Paolo Bello, don Alessandro Coletti, Lorena Fontana y la mencionada Elena Fontana.

En su discurso introductorio, el Obispo resumió el camino recorrido por la Diócesis en materia de protección de menores y adultos vulnerables, subrayando que todo comenzó con una carta enviada por el Papa Francisco a todo el pueblo de Dios en agosto de 2018 en la que se destacaba la necesidad de adoptar medidas decisivas en este ámbito.

Mons. Marangoni siguió el escrito papal con una carta propia en la que afirmaba que la Iglesia de Belluno-Feltre se sentía interpelada y haría todo lo posible para estructurar la protección en el ámbito eclesial, consciente de que se trata de un tema que no puede ser, puede que no se enfrente. De ahí la identificación de una persona de contacto diocesana (que ahora es el doctor Paolo Bello), el nombramiento de un equipo de apoyo y ahora el centro de escucha.

El Obispo quiso luego señalar que se trata de un camino en plena sintonía con lo afirmado en la primera sesión del Sínodo de los Obispos celebrado el pasado otoño, donde subrayó que una cultura de transparencia y de respeto de los procedimientos de protección de los menores y de los vulnerables gente. Un problema del que ni siquiera la diócesis de Belluno-Feltre, donde se han iniciado algunas investigaciones, no puede sentirse exenta.

Por su parte, el doctor Paolo Bello señaló que el maltrato es una grave emergencia social y es un “asunto” de toda la comunidad porque el 70% de los casos ocurren en el contexto familiar y parental. Para combatirlo el castigo por sí solo no es suficiente, aunque necesario, sino que también es imprescindible trabajar en la prevención, es decir, en la capacitación comunitaria para consolidar la cultura del cuidado y la protección para que ciertos casos nunca vuelvan a ocurrir.

En este sentido – explicó el docto Bello – los obispos italianos han elaborado directrices que subrayan dos prioridades: escuchar y acoger a las víctimas, y seleccionar y formar a los agentes pastorales (clérigos, religiosos, laicos). A continuación se reiteró la importancia de responsabilizar a la comunidad, de garantizar la transparencia y de colaborar con la autoridad civil, así como de aplicar las normas sobre denuncias y procedimientos canónicos en caso de presuntos abusos y de activar estructuras y servicios operativos.

Entre estos servicios se encuentra el Centro de Escucha que – se destacó – no es un mostrador de recogida de quejas, sino una herramienta pastoral de acogida inicial para facilitar la aparición de situaciones en las que conviene intervenir, identificando el camino más adecuado para seguirse gracias al asesoramiento de un operador capacitado en temas de escucha.

Don Alessandro Coletti subrayó luego la importancia de formar a quienes tratan con los jóvenes, así como de sensibilizar a toda la comunidad sobre el problema, para crear un buen tejido social que permita hacer bien el bien.

Por su parte, la docente Lorena Fontana, como ya lo había hecho el Dr. Bello, recordó las dificultades que hoy enfrentan muchos jóvenes, también debido a la pandemia, jóvenes que a veces tienen dificultades incluso para afrontar una simple comunicación verbal o que se debaten entre sí. con las redes sociales que, junto con tanto potencial, también presentan tantos riesgos. Para los agentes de pastoral y los educadores en general es necesaria una formación nueva y específica porque la realidad ha cambiado. En particular – concluyó el Dr. Bello – es necesario fomentar alianzas entre las diversas agencias educativas, para trabajar en red, y no sólo en el contexto eclesial.

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