“Demasiados impuestos y demasiadas reglas”. Compro oro y la cadena de suministro de orfebrería se rebela

“Demasiados impuestos y demasiadas reglas”. Compro oro y la cadena de suministro de orfebrería se rebela
“Demasiados impuestos y demasiadas reglas”. Compro oro y la cadena de suministro de orfebrería se rebela

La cadena de suministro orfebre cuestiona el ajuste fiscal decidido por el ejecutivo mientras colaboraba con Abi y el Ministerio de Finanzas en la definición de unas directrices sobre legislación contra el blanqueo de dinero tanto para los operadores profesionales como para los llamados compradores de oro, cuya aplicación muestra varias cuestiones críticas. De esto se habló el otro día en Milán en la reunión organizada por la Asociación Nacional para la Protección del (Antiguo) Sector del Oro en la Escuela Militar de Teulié. Ante los principales representantes institucionales (Organismo Agenti e Mediatori), Mef, Guardia di Finanza y Abi), el presidente de Antico Nunzio Ragno, en nombre de todos los actores de la cadena de suministro orfebre, explicó las cuestiones críticas de la norma que grava con un impuesto del 26% (no más del 25%) la venta de oro de inversión (lingotes, placas o monedas, no joyas usadas) sin documentación que acredite el coste relativo de compra. «Es una medida excesivamente presuntiva que podría generar efectos completamente opuestos a los establecidos», explicó Ragno al margen de la conferencia, a la que asistieron el director general de Oam, Federico Lucchetti, el vicepresidente de Abi, Gianfranco Torriero, y el funcionario del Mef, Giuseppe. Miceli en representación de la subsecretaria de Economía de Forza Italia, Sandra Savino. Según Ragno, habría sido más correcto «un método más equilibrado entre la tributación de la plusvalía del consumidor que vende el oro y la posibilidad de reclamar un beneficio legítimo por parte de los operadores profesionales del oro. Durante la conferencia también se denunciaron numerosos casos de cierre unilateral de cuentas bancarias de algunos operadores “al parecer sin motivación escrita y fundada, así como en contravención de las normas primarias, incluidas las de carácter constitucional”, denuncia Ragno.

El fenómeno de la compra de oro se está expandiendo, especialmente después del Covid y la crisis. No existe un grupo de edad ni un origen social, no existe un identikit de quienes deciden vender sus joyas usadas, así como no todos los operadores que compran y venden oro son iguales. Después del Decreto Legislativo 92 de 2017, cada vez son más las joyerías que recogen ocasionalmente objetos preciosos usados ​​de particulares, incluso a cambio de intercambio. Hay quienes venden sus joyas por necesidad económica, quienes las cambian para comprar otras nuevas.

«El Covid ciertamente ha visto un aumento en la venta de metales preciosos usados ​​por parte de los menos favorecidos y de los ancianos – explica Ragno – pero también es cierto que la propensión de los ahorradores a comprar oro de inversión como forma de reserva de valor y activo la protección también ha aumentado» . Se necesitaría un organismo autorregulador para desarrollar directrices y actuar como vínculo.

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