Las emisiones italianas de gases de efecto invernadero disminuyen desde 1990, pero no en el transporte (+7,4%)

Entre 1990 y 2022, las emisiones italianas de gases de efecto invernadero disminuyeron un 20,9%, de 522 a 413 millones de toneladas equivalentes de CO2, una tendencia que se vio afectada con diferentes efectos por la crisis económica de 2008, la deslocalización de algunas actividades industriales, pero también la producción. de energía procedente de fuentes renovables (hidráulica y eólica), la eficiencia energética, la transición al uso de combustibles con menor contenido de Co2, la pandemia y la posterior recuperación. Así lo informa el ISPRA (Instituto Superior para la Protección y la Investigación del Medio Ambiente) en el informe titulado “Emisiones de gases de efecto invernadero en Italia: objetivos de reducción y escenarios de emisiones”, presentado estos últimos días en Roma.

Sin embargo, si casi todos los sectores analizados (manufactura, residencial, agricultura) registraron caídas, el sector del transporte (solo en el caso del sector de residuos, +5%) viajó en la dirección opuesta, con un aumento del 7,4%. los 32 años bajo observación. “A pesar de algunos avances logrados en los últimos años, estos todavía se caracterizan por cuestiones críticas en términos de intermodalidad, sostenibilidad, eficiencia, deficiencias infraestructurales, seguridad y aspectos socioculturales”, leemos. Si trasladamos la mirada directamente a 2022, lo que advertimos es que el sector representó el 26% del total de las emisiones producidas en el sector energético, que a su vez supuso el 81,8% del total (entre otras quedan fuera los residuos, la agricultura y segmentos ganaderos). En valor absoluto, estamos hablando de 109,8 millones de toneladas de Co2 equivalente, frente a 102,2 en 1990 (destaca el máximo de 128,5 millones de toneladas en 2025 y por el contrario el mínimo de 86,6 millones en 2020).

En detalle, el sector vial generó predominantemente emisiones de gases de efecto invernadero (91,5%), seguido a gran distancia (5,3%) por el sector marítimo y el de aviación (2,3%). Las emisiones producidas por el transporte ferroviario, por el contrario, ascienden al 0,04%, atribuibles únicamente a las rutas recorridas en una red no electrificada.
Sin embargo, a este respecto hay que señalar que, según Ispra, en particular a partir de 2007, la reducción de las emisiones del sector viario “es más marcada para los vehículos de mercancías que para los turismos” y que en 2022 los primeros generaron el 30,3%. de las emisiones totales (frente al 69,7% de las emisiones de los pasajeros).
Comparando con 1990, el primer año del análisis, el instituto señala también que en aquel momento en el transporte de mercancías el 91,4% de los viajes se realizaban en vehículos diésel, porcentaje que aumentó al 98,3% en 2022. En conjunto, las emisiones generadas por transporte por carretera en 2022 rondaron los 100 millones de toneladas de C02 equivalente, cifra que en los últimos 10 años, a excepción de 2020, se ha mantenido casi estable y también es superior a la de principios de los años noventa.

En el intervalo temporal en cuestión, sin embargo, aumentaron las emisiones generadas por las actividades de navegación, que como se ha visto en 2022 ascendieron al 5,3% de las del conjunto del sector transporte (y al 1,4% del total nacional). Su cuota, destaca Ispra, ha aumentado un 4,2% con respecto a 1990, aunque la tendencia ha variado a lo largo de los 32 años en cuestión. “Las emisiones han aumentado desde 1990, invirtiendo la tendencia de los últimos años hasta estabilizarse entre 2015 y 2017, con una tendencia creciente entre 2018 y 2020. 2021 supone una clara reducción respecto al año anterior y representa el mínimo de la serie. El año 2022 está en línea con el año 2020”, se lee en el informe.

En lo que respecta al sector del transporte, el informe concluye con el análisis del sector de la aviación, aunque considerado únicamente para el tráfico nacional. Ispra señala que esto contribuyó aproximadamente al 2,3% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del sector y al 0,6% del total nacional. El sector, en auge pero también marcado por el fuerte descenso de la pandemia, registró en 2022 unas emisiones un 66% superiores a las de 1990 y un 108% superiores a las de 2020.

“Para alcanzar los objetivos marcados por los estándares europeos será necesario incrementar los esfuerzos tanto en el sector del transporte, también reduciendo la demanda de movilidad privada y favoreciendo el cambio tecnológico y modal de personas y mercancías, como en el sector civil donde el papel de las nuevas tecnologías es decisivo”, declaró la directora general de Ispra Maria Siclari, informando que el instituto está disponible para “apoyar estos procesos poniendo a disposición los estudios, datos y parámetros necesarios para las evaluaciones de las políticas de reducción de emisiones”.

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