«Guerra, engaño y derrota. Abuelos y niños futuro de la humanidad”

«Guerra, engaño y derrota. Abuelos y niños futuro de la humanidad”
«Guerra, engaño y derrota. Abuelos y niños futuro de la humanidad”

El Papa Francisco saluda a los niños con los que habló, en la Sala Nuevo Sínodo, en el encuentro “Generaciones Futuras” celebrado en el marco del Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana

¿El futuro de la humanidad? «Está en niños y ancianos. Cuando se encuentran es algo hermoso”. Un futuro amenazado: «hoy hay mucha guerra en el mundo. Pero en la guerra no hay felicidad”. Se trata entonces de “hacernos amigos”. Pero para llegar a serlo y hacer las paces “es necesario pensar bien en los demás”. Palabra de papa francesco. Palabra que brotó del diálogo urgente y gozoso con los niños reunidos en la Sala Nueva del Sínodo, donde la tarde del sábado 11 de mayo tuvo lugar una de las mesas redondas Se humanoEl segundo Encuentro mundial sobre la fraternidad humanael dedicado al tema “Niños: generación futura”. Palabra que relanza la ofrecida por la mañana a los participantes -adultos- en el encuentro, entre ellos algunos premios Nobel de la Paz. «La guerra es un engaño, una derrota, siempre, como lo es la idea de seguridad internacional basada en la disuasión del miedo. Para garantizar una paz duradera – dijo el Papa en la Sala Clementina, antes de que sus invitados fueran recibidos en el Quirinal por Presidente de la República Sergio Mattarella – necesitamos volver a reconocernos en la humanidad común y poner la fraternidad en el centro de la vida de los pueblos”.

Paz. La paz vuelve siempre al corazón, al pensamiento, a las palabras y a los gestos de Francisco. que tiene frente a el Premios Nobel como ruso Dmitri Muratov y ucrania Oleksandra Matvijchuk o los niños que, con su confusión festiva y sus palabras francas y cordiales, iluminaron el encuentro en el Aula Nueva del Sínodo. Reunión que, en pequeña medida, sirvió de “prueba técnica” para la primera Día Mundial del Niñodeseado por Francesco, que se celebrará en Roma los días 25 y 26 de mayo “Y veremos llegar al Olímpico a 72.000 personas, entre niños y cuidadores”, anticipó padre Enzo Fortunatocoordinador de la Jornada, después de mostrar al Papa el Evangelio de Don Pino Puglisi – una reliquia real del sacerdote asesinado por la mafia, que Francisco contempló y besó.

El encuentro “Niños: generación futura” es uno de los conversatorios que se desarrollaron ayer, en el marco del Se humanoeminentes personalidades del mundo científico, académico, empresarial, institucional y deportivo, de cuya comparación «puede nacer – en palabras de Bergoglio – una “Carta de lo humano”, que incluye, junto con los derechos, también los comportamientos y razones prácticas que nos hacen más humanos en la vida.” Lo que nos hace más humanos, los niños lo saben bien. Como se desprende del diálogo con un Francisco radiante, que para cada uno de los pequeños interlocutores – incontenibles cuando se reúnen a su alrededor para saludarlo, regalarle un dibujo o una tarjeta, recibir su bendición, pedir una oración por su abuela – tiene un palabra y una sonrisa. Como un verdadero abuelo.

Es el Papa quien inicia el diálogo. “¿Qué es la felicidad?”, pregunta a los niños. “Estar unidos, en paz, como una sola familia, la familia de Dios”, responden. «¿Dónde se puede comprar la felicidad?». «No lo puedes comprar, viene de nosotros». «Si uno insulta al otro, ¿puede ser feliz?», insta el Papa. «¡No!», estallan a coro los niños. “Hace felicidad ser amigos” y “estar en contacto con Dios con la oración y el amor”, son fragmentos de respuestas que ofrecen las voces de los más pequeños. «Hoy hay mucha guerra en el mundo. ¿Hay felicidad en la guerra? «¡No!», es la respuesta coral de los más pequeños. «¿Sabes que hay niños en la guerra? Tienen miedo de las bombas, a veces no tienen qué comer. Si un niño está de un lado de la guerra y otro niño del otro, ¿son enemigos?”, pregunta nuevamente el Papa. “No, porque no es culpa suya si hay guerra – responden los niños -. Y porque todos los niños son una sola familia”.

«Pensamos que el futuro de la humanidad está en personas adultas que puedan hacer cosas. Sin embargo, no es así: ocurre en los niños y en los ancianos, cuando se encuentran es algo hermoso – reflexiona el Pontífice -. Tenemos que cuidar de los mayores, de los abuelos, de los niños. Y este será el futuro, porque los abuelos nos dan sabiduría y los niños aprenden sabiduría de los abuelos. Los abuelos tienen un pasado que nos da mucho, los niños tienen un futuro que recibe del pasado. Por eso creo que es muy importante ayudar a los niños a crecer y desarrollarse”. Por eso aquí señala a un pequeño que duerme plácidamente en brazos de su madre: “Debemos estar así, seguros en los brazos de Dios como un niño en los brazos de su madre”.

¿Otras voces de adultos en el Nuevo Aula del Sínodo? Esos de Cardenal Mauro Gambettiarcipreste de la Basílica de San Pedro, del Premio Nobel de la Paz jody williams. Y de Mariella Enoc, ex presidente del Bambino Gesù, que anunció el “signo concreto” del evento de ayer: una red de telemedicina que, involucrando a hospitales de Italia y de otros países, permite llegar a los niños incluso en los lugares más olvidados del planeta. Otro legado del encuentro: la “Declaración de la Fraternidad de los Niños” firmado por el Papa y los niños. Un “abuelo” y sus “nietos”: aliados por el bien de todos.

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