La verdadera pizza napolitana es un elixir de salud”, es el lema que lanza Luciano Sorbillo después de cada degustación en el stand de Italia Olivicola en Cibus de Parma. De hecho, si los ingredientes son de gran calidad, la pizza representa no sólo la máxima expresión de la italianidad sino también de la dieta mediterránea. “Debemos proteger el aceite de oliva virgen extra de alta calidad durante la cocción, para que el aceite se coloque debajo del tomate y no encima – explica el maestro de la pizza napolitana Luciano Sorbillo – el virgen extra de los productores italianos, los de Italia Olivicola, es una mina de diferentes sabores que combinan con otras tantas pizzas diferentes, creando combinaciones sorprendentes”. La colaboración entre Molino Signetti, sus harinas e Italia Olivicola va más allá de Parma y está dispuesta a afrontar nuevos retos también en el extranjero. A pesar de las dificultades, los aumentos de costes y los cambios climáticos, hay quienes miran al futuro con esperanza, como OPROL Potenza, que se encuentra en Parma para la comercialización del aceite de oliva virgen extra producido en 2023/24, un año que cerró con un pico de producción del 90% más respecto a 2022 y un 40% más que la cosecha de 2021 “Hay un mundo olivarero que no se rinde y gracias a la cooperación consigue crecer – afirma Gennaro Sicolo, presidente de Italia Olivicola – gracias a. los técnicos que trabajan en el campo cada día para garantizar que el aceite sea de alta calidad y sano, además de trazable. Ahora el desafío está representado por la comercialización, una fase que hemos descuidado culpablemente, pero estoy seguro de que los consumidores, especialmente los extranjeros, podrán reconocer y valorizar el aceite de oliva virgen extra procedente de los territorios italianos”. No sólo el aceite, sino también las aceitunas de mesa fueron las protagonistas de Cibus, con LE OLIVE DA TABLE DI SICILIA en Catania. Una cadena de suministro a menudo olvidada, en la que Italia produce 79.000 toneladas destinadas principalmente a los EE. UU., Arabia Saudita, Rusia, el Reino Unido y Canadá, mientras que Ismea estima el consumo per cápita de los italianos en alrededor de 2,5 kg/año. . Y es precisamente en Sicilia donde se encuentra la denominación de origen (DOP) de aceitunas de mesa más antigua de Italia: la “Nocellara del Belìce” registrada en 1998. La Nocellara del Belice DOP se caracteriza por su gran tamaño: cada fruto pesa 5- 7 gramos. La pulpa es firme y crujiente, el sabor ligeramente amargo. Se consume solo como sabroso aperitivo, también es excelente combinado con quesos tradicionales de la zona, embutidos y verduras en aceite.
