Inundación un año después – “En la sala de juegos con agua hasta los hombros, para guardar los recuerdos entre los muebles flotantes”

Inundación un año después – “En la sala de juegos con agua hasta los hombros, para guardar los recuerdos entre los muebles flotantes”
Inundación un año después – “En la sala de juegos con agua hasta los hombros, para guardar los recuerdos entre los muebles flotantes”

“Mamá, viene el agua”, palabras pronunciadas con puro terror por mi hija Alessandra, inmóvil en la calle, con la mirada vuelta hacia el final de la calle, los ojos bien abiertos mirando el río que llega inexorablemente, irrumpe en nuestra casa. sin pedir permiso, silencioso y demoledor. Una cascada marrón se derrama desde las “bocas de lobo” hacia la sala de juegos, el sonido seco de la corriente saltando y luego la oscuridad, mientras poco a poco el agua sube inexorablemente.

Intentos frenéticos y frenéticos por ahorrar lo máximo posible, pasándolo en cadena mientras los recuerdos de toda una vida son abrumados y destruidos, tratando de mantener la mente clara sobre qué es prioritario salvar. Los gritos de mis hijas que en la oscuridad gritan “basta mamá, sube”, tengo el agua casi detrás de mí, el miedo me invade, es necesario soltarme y pensar en la vida, unos muebles flotantes me bloquean el paso, el empujan el sofá el agua me golpea, trepando y luchando logro llegar a las escaleras, me doy la vuelta… no queda nada que hacer, no hay forma de tomar nada más. Los tres corremos escaleras arriba.

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Sentados en las escaleras, mojados, resignados, conmocionados e incrédulos, miramos nuestro salón y nuestra cocina a merced del agua. Alessandra llora, Asia, presa del pánico, intenta levantar toda la vitrina que contiene todos los recuerdos de 20 años de viaje escaleras arriba, no puede pensar, pesa demasiado… pero es su corazón el que la guía a ella y al miedo a perder incluso esas pequeñas piezas de experiencia. El ruido incesante de la lluvia no cesa en toda la noche, las luces de emergencia parpadean, el helicóptero gira continuamente, tenemos miedo de no saber cuánto más puede subir el agua, escuchamos golpes sordos y escalofriantes provenientes de los pisos inferiores completamente inundados.

Durante dos días permanecemos resguardados en la casa del primer piso con nuestros 3 gatos encerrados en el baño, tenemos agua y comida pero el estómago está bloqueado, solo las ganas de dormir para no pensar ni ver, como en una aterradora loop ¡Me despierto y cada vez me doy cuenta de que todo es malditamente real! Llegan muchas llamadas de familiares y amigos, pero lamentablemente es necesario ahorrar las baterías de los móviles que mantenemos cargados mediante PC portátiles. En esos dos días domina la sensación de vacío y el miedo a lo que aún podría pasar, ¡es una situación que nunca pensamos vivir!

Inundación un año después, todos los testimonios

Los recuerdos de toda una vida, mis fotos de niña, dibujos y manualidades de la guardería de mis hijas celosamente conservadas, los adornos navideños heredados de año en año, las tortugas que teníamos en el jardín todas desaparecidas y ojalá a salvo en algún lugar y mucho más. ..todo perdido, destruido, aniquilado por el barro. Barro y limo, regalos crueles que deja el río, cuyo color marrón vuelve anónimo todo lo que lenta y dolorosamente amontonamos y tiramos, levantando enormes montañas frente a casa… ese barro que seca la piel de las manos, impregna la ropa y el cabello con su olor durante días… ese barro paleado con palas, recogido con cubos, empujado y barrido con llaves de baño fuera de la casa y del patio… ese mismo maldito El limo sin embargo genera una increíble carga de energía para reaccionar, estimula el espíritu de solidaridad entre las personas, crea cadenas humanas para vaciar y limpiar, nos empuja a redescubrir la fuerza alentadora de los abrazos, a darnos palmaditas en la espalda sin conocernos y a ayudarnos unos a otros incondicionalmente.

Tres cuartas partes de la casa destruidas, dos coches desguazados, pero sobre todo recuerdos completamente perdidos y fragmentos de nuestras vidas que no se pueden recuperar ni reemplazar. Paralelamente, la gran solidaridad de amigos que nos apoyaron, nos acompañaron, animaron, consolaron, pero también la de personas ocasionales o simples conocidos que hicieron todo lo posible y cooperaron para que pudiéramos recuperarnos. Hoy, en cambio, para esperar tener un “refrigerio”, sólo nos queda liberarnos de la pesada burocracia que lamentablemente frena y obstaculiza cuando se espera que nos facilite pero sobre todo nos sumerge más de lo que ya lo han hecho el agua y el barro. hecho…

Grazia Gordini

Forlì, por la zona de Pelacano

INUNDACIÓN, PARA QUE NO OLVIDEMOS
El 16 de mayo de 2023, Romaña se vio en pocas horas sumida en el drama de la inundación. ForlìToday recopila y publica recuerdos y testimonios de los lectores sobre lo ocurrido en aquellos días. El objetivo es construir y mantener viva la memoria colectiva de esos hechos.

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