Se llamó a los bomberos a una casa en Breage, Cornwall, Reino Unido. Una vez que los bomberos llegaron al lugar, encontraron a un perro que se encontraba fielmente sentado junto a su dueño sin vida. Martha, así se llama la hembra Terrier, estaba silenciosa, temblorosa y sola: no quería dejar a su compañero humano, incapaz de renunciar a la idea de haberlo perdido para siempre.
Pero en la tragedia de la situación, alguien decidió escribir una nueva página en la vida de este perro tan fiel: James Trounson. Uno de los bomberos que intervino decidió adoptarla al enterarse de que el amigo de cuatro patas, de 8 años, acabaría en una perrera porque los familiares del fallecido no se habían presentado. Y desde ese día los dos se volvieron inseparables.
El señor Trounson, que trabaja como constructor, vive ahora en simbiosis con ella: “Ella viene conmigo a todas partes. Ya tenemos un collie llamado Merlin y estábamos buscando un compañero para él. Cuando llegó a casa le dimos un bonito baño. y se relajó – explica el hombre -. Ahora tiene una vida completamente nueva: durante el día viaja conmigo en el tractor y por la noche duerme en la cama con la gata Millie. A veces la felicidad surge de la tragedia.
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