Sant’Efisio entra en la pintoresca iglesia situada en el corazón de Villa Ballero en Giorgino, acogiendo solemnemente el cariño de los fieles. Aquí, en el refinado contexto de la residencia de los Condes Ballero, situada en las afueras de Cagliari, tiene lugar un antiguo y significativo ritual.
El simulacro del Santo, de camino a Pula para su sagrada peregrinación, llega a esta suntuosa residencia para su primera parada, recibido por un palpable fervor religioso. La historia de la familia propietaria está marcada por una tragedia: allá por 1827, el conde Michele Ciarella, afectado por la pérdida de su esposa y sus dos hijos en un naufragio, decidió consagrar una parte de su patrimonio a la memoria de sus seres queridos. y al culto a San Efisio.
Así se celebra el Santo Sacrificio de la Misa en la capilla de la villa, espléndidamente restaurada, y se guardan las cenizas de doña Antonia, esposa del conde, así como las del propio conde Michele, según su testamento. Es aquí donde el simulacro de Sant’Efisio es recibido en el viaje de ida y vuelta de Pula, con el mandato preciso del Conde de garantizar que esta tradición sea perpetuada por cada heredero y sucesor de la familia.
Aún hoy, el ritual continúa inalterado: el santo patrón de Cerdeña, después de dejar atrás las lujosas ropas “urbanas” que llevaba hasta ese momento, se viste con ropas “de viaje” dentro de la modesta iglesia de la residencia sarda. Es un gesto lleno de simbolismo y sabiduría ancestral, quizás dictado por la prudencia ante amenazas como piratas y bandidos. Las preciosas joyas permanecen guardadas en la residencia Ballero, a la espera del regreso del simulacro para su rápido cambio de ropa, símbolo de continuidad y devoción.
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