«Se parará la reunión con el Gobierno y Tavares o las fábricas»

«Se parará la reunión con el Gobierno y Tavares o las fábricas»
«Se parará la reunión con el Gobierno y Tavares o las fábricas»

Una huelga nacional para todo el sector si no hay mejora en las condiciones laborales de los empleados. Pero incluso si no habrá respuestas seguras sobre su futuro y, en primer lugar, el del gigante metalúrgico.

La difícil situación continúa para los trabajadores de Stellantis y los sindicatos siguen pidiendo el desbloqueo de una situación que cada día es más difícil. Uilm expresa la necesidad de convocar urgentemente una reunión institucional con la alta dirección del holding para obtener las respuestas que los trabajadores llevan esperando demasiado tiempo.

«Necesitamos – explica el sindicato – dar un resultado positivo a esa mesa automovilística que el Ministerio de Empresa y Made in Italy ha abierto pero que aún no ha dado respuesta. La alta dirección de la empresa debe dar total claridad sobre los programas de producción para nuestro país, indicando inversiones y plazos. De no ser así, tomaremos todas las iniciativas que un sindicato decidido y responsable debe implementar para hacer escuchar la voz de los trabajadores, proponiendo el paro nacional en el sector automotriz a las organizaciones sindicales con las que ya nos hemos movilizado juntos”.

Además, Uilm pide a Stellantis que complete y mejore el plan industrial para Italia, asignando vehículos no exclusivamente eléctricos y de uso generalizado. Además, deben garantizarse condiciones de habitabilidad y decoro en todas las fábricas y deben proporcionarse puestos de trabajo adecuados a los trabajadores con capacidad de trabajo reducida. La sociedad holding deberá optar por confirmar o negar ese principio de participación en el que se fundó el convenio colectivo específico para los trabajadores metalúrgicos. «Pedimos al Gobierno – continúa el sindicato en la nota – responsabilidad para garantizar condiciones competitivas para el sector del automóvil, que de otro modo se vería devastado por una transición hacia lo eléctrico mal concebida y mal gestionada. No sólo sufren los trabajadores de la empresa, sino también los de las industrias de componentes y servicios, hacia quienes tanto la responsabilidad social de Stellantis como las herramientas concretas de protección de un Gobierno que ha prometido repetidamente intervenir, pero que hasta ahora no ha hecho nada.

Incluso la llegada de un posible segundo productor sólo podría ser positiva si se suma a una consolidación y relanzamiento de la empresa y ciertamente no si llega como sustitución total o parcial, como parece sugerir el propio Gobierno. En resumen, hay que evitar el divorcio entre Italia y la empresa que el Gobierno ha amenazado varias veces y que evidentemente sería un desastre para los 40.000 trabajadores directos y decenas de miles de industrias relacionadas. El Gobierno y Stellantis deben asumir sus responsabilidades en interés de los trabajadores y de la economía nacional”.

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