Gas y datos, la importancia de las redes submarinas

Los cables de redes submarinas se construyen y colocan en el fondo marino para transportar energía o datos (telecomunicaciones). Este último tipo de transporte está experimentando un desarrollo muy importante, principalmente por el aumento de usuarios y tráfico de Internet, pero también por el bajo coste de los cables submarinos. Sin embargo, también existen aspectos contrarios debido a los elevados costes de reparación, las actividades humanas, los desastres naturales y, ahora, también los ataques “terroristas”. Actualmente hay más de 500 cables submarinos en funcionamiento que permiten el intercambio del 99% de los datos a nivel mundial. La propiedad de los cables submarinos pertenece casi en su totalidad a Estados Unidos, que posee más de la mitad de ellos, pero en los últimos tiempos se ha producido un choque con China, que quiere hacerse con el liderazgo mundial. Europa también quiere estar en primera fila, sobre todo para no depender de otros estados, y por eso está adoptando diversas estrategias para dominar el mercado del cable. Además, Europa está identificando medidas de seguridad para la construcción, instalación y mantenimiento de cables que son mucho más estrictas y efectivas que las adoptadas por otros estados. También participan particulares. Empresas como Google, Facebook, Amazon y Microsoft están aumentando significativamente sus inversiones en esta economía. Todo esto me hace comprender que los actos de sabotaje contra cables submarinos son verdaderas guerras por la seguridad nacional. De hecho, ¿cómo podremos realizar las operaciones diarias si se interrumpe el flujo de datos de Internet? También deberíamos plantearnos la misma pregunta respecto de los cables que transportan gas. Los culpables del ataque al gasoducto North Stream aún no han sido identificados. Aquí cobra cada vez más importancia intentar garantizar la seguridad de las redes e infraestructuras submarinas y la amenaza de los hutíes no ha hecho más que refrescarnos la memoria. Se están creando muchas tensiones entre quienes ya tienen los cables y quienes quisieran tenerlos y todo se explica por el hecho de que controlar Internet da mucho poder, basta ver el papel de los hackers en las guerras y elecciones. En definitiva, asistimos a otra forma de guerra, menos violenta pero igualmente destructiva, y es necesario intervenir rápidamente si no queremos añadir otra competencia en un contexto fuertemente comprometido por todos los actos de violencia a los que estamos sometidos. cada día. Gabriele Abate, 3B

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