Perros desalojados tras la muerte de su dueño en Terralba y las protestas hacen estragos La Nuova Sardegna

Perros desalojados tras la muerte de su dueño en Terralba y las protestas hacen estragos La Nuova Sardegna
Descriptive text here

Terralba El inquilino muere y el Ayuntamiento, propietario del alojamiento, “desaloja” a los dos perros del anciano fallecido y los pone en la calle. Es una historia que casi parece un remake de “Umberto D”, de Vittorio De Sica, la relatada por Anna Rita Deiana, responsable de Anta, una asociación defensora de los animales que opera en la localidad desde hace dos décadas. Deiana, cuanto menos indignada, envió una carta de protesta al alcalde, Sandro Pili y al Concejo de Terralba. Escribe que encontró a los perros en la calle y que al principio pensó que se habían “escapado”.

«Pero creo que lo que he conseguido supera toda imaginación – leemos -. Un bonito candado en la puerta de casa y por si fuera poco, una cuerda atada al tirador. Me di cuenta que los perros no habían salido solos sino que los habían echado, no sé si la noche anterior y por eso durmieron al raso o temprano en la mañana, no importa, la gravedad del gesto permanece. , y también la cuestión del por qué de esta maldad, y de por qué había un candado que impedía el acceso a la casa a pesar de que los bienes del difunto todavía estaban allí y ya habían sido sometidos a “presiones” por su parte para aceptar la admisión a la instalación y desalojar el alojamiento que necesitabas».

Deiana escribe que la alcaldesa sabía que acudía a esa casa dos veces al día para cuidar a los perros que esperaban su traslado “y también sabía usted que tras su muerte su sobrina estaba recogiendo sus efectos personales”. El voluntario, que se reserva el derecho de emprender acciones legales, escribe: «Creo que hay un poco de “confusión” en sus acciones y en las de sus oficinas. Sus acciones ponen de relieve cuán delgada es la línea entre actuar a título oficial y el abuso de poder, entre actuar de acuerdo con las reglas y actuar sobre la base de las propias creencias personales. Nadie puede confiscar una propiedad sin una orden judicial formal, especialmente después de haber arrojado a perros ancianos, impidiéndoles incluso acceder a la comida”.

PREV encuentro con Delfino Formenti y velada de celebración
NEXT Primero de Mayo: día de lucha, no de celebración