Hamás ha publicado un nuevo vídeo desgarrador y doloroso de dos rehenes israelíes en Gaza. Se trata de Keith Siegel, de 64 años, y Omri Miran, de 46. En el clip -que dura tres minutos- dicen que esperan llegar a un acuerdo y volver a casa lo antes posible. El vídeo no tiene fecha, pero Miran dice que lleva 202 días prisionero y Siegel menciona la festividad de Pesaj, la Pascua judía, que se celebra en estos días, lo que sugiere que las imágenes fueron filmadas recientemente. Siegel, que también es ciudadano estadounidense, fue llevado al kibutz de Kfar Aza. Miran, fue secuestrado el 7 de octubre en el kibutz Nir Oz. Ambos, muy probados, dicen vivir “una condición dura” y pronuncian palabras de “amor a su familia”. Sin embargo, es cierto que Israel siempre ha definido estos vídeos como “propaganda psicológica”. Sin embargo, también intervinieron los familiares de los prisioneros: «El Estado de Israel debe elegir: rehenes o guerra. Entrar en Rafah provocará la muerte de más secuestrados. Israel debe optar por devolver a los rehenes a casa”. Es el grito de dolor.
Ahora la pelota está en el tejado de Hamás. La organización ha recibido la contrapropuesta de Israel y la estudiará antes de presentar su respuesta. El Estado judío estaría dispuesto a suspender las operaciones militares durante unas seis semanas y permitir el regreso de los desplazados al norte de Gaza; y habría dado su aprobación al intercambio de rehenes retenidos por Hamás por prisioneros palestinos en cárceles israelíes. De hecho, el gobierno de Tel Aviv está dispuesto a hacer un último intento. Está interesado en la liberación de los 33 secuestrados y el alto el fuego dependerá del número de israelíes liberados. Pero al mismo tiempo el Estado judío ha dejado claro que los preparativos para la operación de Rafah son serios y que no permitirá que Hamás los retrase.
El camino no parece cuesta abajo. Hay pocas posibilidades de que Hamás acepte la última propuesta de Israel “sin modificaciones sustanciales”, afirmó un alto funcionario del grupo. “No proporciona respuestas claras a la cuestión de la retirada de Gaza y un alto el fuego total”, subrayó además. Pero tampoco hay garantías provenientes de otros frentes. “No hay alternativa a la escalada” en Oriente Medio, declaró un representante israelí al Wall Street Journal y subrayó que “el Estado judío no puede detenerse ahora, sería peligroso para sí mismo y para toda la región”. Vientos de guerra también del secretario adjunto de Hezbollah, Naim Qassem, que habló de “una guerra a gran escala” para poner fin a la presencia de los israelíes en la frontera con el Líbano.
Sin embargo, en este clima cálido, el jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, afirmó que cientos de terroristas se están rindiendo. Pero el Ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, intervino para echar más leña al fuego: “¿No podríamos haber matado a algunos de ellos?”, preguntó. A esta observación, Halevi respondió secamente: “No disparamos a quienes se entregan”. La vía diplomática no se ha abandonado por ahora. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, viajará mañana y martes a Arabia Saudita para reunirse con socios regionales para revisar el alto el fuego. Tanto Blinken como el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, participarán en el Foro Económico Mundial de Riad junto a los líderes de la zona. Y ahora China también está haciendo sentir su peso. De hecho, Beijing acogerá conversaciones entre Hamas y sus rivales Fatah.
Una gran incursión del Dragón en plena guerra en Gaza.
