La muerte del disidente ruso Alexey Navalny, ocurrida el pasado mes de febrero en una colonia penitenciaria en el Ártico, probablemente no fue ordenada directamente por el presidente Vladimir Putin, a pesar de las duras críticas dirigidas por el opositor al frente del Kremlin. Ésta es la conclusión a la que llegó la inteligencia estadounidense, según informa el Wall Street Journal. A pesar de las sospechosas circunstancias de la muerte del líder de la oposición rusa, el WSJ, citando a “personas familiarizadas con el asunto”, informó que varias agencias de inteligencia estadounidenses, incluida la CIA, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y la unidad de inteligencia del Departamento de Estado Comparten la opinión de que Putin no planeó específicamente el momento de la muerte de Navalny.
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«La evaluación no cuestiona la responsabilidad de Putin» por lo sucedido, «sino que considera que probablemente no fue él quien lo ordenó en ese momento», escribe el periódico estadounidense, subrayando que la consideración «es ampliamente aceptada dentro de la comunidad política de inteligencia es compartido por diferentes agencias. El periódico americano admite que no fue posible determinar si los servicios de inteligencia habían desarrollado explicaciones alternativas para la muerte del político.
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El periódico estadounidense señala también que los analistas polacos y algunas agencias de inteligencia europeas siguen siendo escépticos en cuanto a que el presidente no haya estado involucrado en el asunto, mientras que los aliados de Navalny siguen insistiendo en que el Kremlin orquestó todo. Leonid Volkov, ex mano derecha del disidente, dijo que la idea de que Putin no fuera informado y no aprobara el asesinato de Navalny era “ridícula”. La Fundación Anticorrupción, fundada por el opositor, afirmó que Navalny fue asesinado en prisión después de que Putin se enterara de un posible intercambio de prisioneros con Estados Unidos y Alemania e interviniera para impedirlo.
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