Más espacio para los ríos, nuevas estrategias para hacer las laderas más seguras.

Más espacio para los ríos, nuevas estrategias para hacer las laderas más seguras.
Descriptive text here

Dar más espacio a los ríos, reforzando la contención de las inundaciones aguas arriba, “haciendo retroceder” los actuales diques y haciéndolos resistentes a los desbordamientos. Desarrollar e implementar estrategias innovadoras para los fenómenos de falla de taludes, dado el elevado número de deslizamientos de tierra (más de 80 mil), en gran parte recientemente activados tras los eventos del pasado mes de mayo. De nuevo: medidas temporales de salvaguardia para evitar un aumento de la carga urbanística, excluyendo las nuevas construcciones en zonas inundadas, o con riesgo de desprendimiento, fuera del perímetro urbanizado, a la espera de la actualización de los Planes de Cuenca. Estas son, en resumen, algunas de las directrices contenidas en el Anteproyecto Plan Especial, documento previsto por el decreto para hacer frente a la emergencia provocada por las inundaciones de mayo de 2023, convertido en ley 100/2023. La ley prevé la elaboración de cinco planes temáticos especiales; éste, relacionado con intervenciones en situaciones de inestabilidad hidrogeológica, es el motor de todos los demás.

El informe del Plan fue coordinado por la Autoridad de Cuenca del Distrito del Río Po, en colaboración con la Región Emilia-Romaña, dentro del grupo de trabajo presidido por la estructura de apoyo del Comisario Extraordinario para la Reconstrucción y compuesto, entre otros, por las autoridades hidráulicas, la Universidad, Upi, Anci, Ciudad Metropolitana de Bolonia, Ispra, Carabinieri Forestales. El Consejo Regional de Emilia-Romaña tomó nota, el lunes pasado, del Plan adoptado por el Comisario extraordinario para la Reconstrucción, tal como consta en la Cabina de Coordinación y compartió las medidas temporales de salvaguardia adoptadas por la Autoridad Distrital de Cuenca competente.

El anteproyecto especial contiene las primeras estrategias de intervención y directrices de planificación. Será actualizado y finalizado en junio de 2024 cuando vea la luz el plan especial definitivo, que incluirá también el listado de obras e intervenciones estructurales y no estructurales. Además, la Región iniciará próximamente un proceso de implicación activa de las comunidades afectadas por la inundación, la ciudadanía, el mundo productivo y las administraciones. Un camino que pretende compartir la información contenida en los Planes Especiales y escuchar activamente las peticiones provenientes de los territorios.

Los acontecimientos de mayo de 2023

Del 1 al 3 de mayo de 2023, el territorio de Emilia-Romaña se vio afectado por fenómenos hidrometeorológicos de intensidad excepcional que provocaron graves problemas críticos, especialmente en las provincias de Forlì-Cesena, Rávena, Bolonia, Módena y Reggio Emilia. Los días 16 y 17 de mayo se produjo otro acontecimiento meteorológico de extrema intensidad que, además de afectar a los territorios de las provincias indicadas de Romaña y de Bolonia, afectó gravemente también al territorio de la provincia de Rímini. Estos acontecimientos provocaron deslizamientos de tierra e inundaciones que provocaron el aislamiento de muchas localidades, la evacuación de numerosas familias de sus hogares, graves daños a las infraestructuras lineales, a las empresas agrícolas, a los edificios públicos y privados, a las obras de defensa hidráulica y a la red de servicios esenciales.

La gravedad de los acontecimientos puso inmediatamente de relieve la necesidad de un cambio de paradigma: la planificación, así como la programación y la ejecución de las intervenciones, desde las urgentes financiadas por las ordenanzas del comisario hasta las más complejas, estructurales y no estructurales, necesitarán un enfoque gradual que deberá basarse en una actualización progresiva de los conocimientos hidrológicos, hidráulicos, geológicos y geomorfológicos y en la definición y puesta en común de estrategias de defensa y nueva ordenación territorial a aplicar en las zonas afectadas. De ahí la necesidad de desarrollar un Plan especial.

El plan en detalle

El modelo organizativo de las actividades (hidráulica, taludes, urbanismo, infraestructuras y deslocalizaciones); el área territorial de referencia (con análisis de las características de la red hidrográfica natural y secundaria, de los aspectos geomorfológicos, geológicos y estructurales de cerros, llanuras y montañas). El plan especial preliminar analiza múltiples aspectos (incluidos los eventos climáticos de mayo de 2023), áreas inundadas, fallas de terraplenes y fallas de taludes; compone el marco de las cuestiones críticas (red hidrográfica, taludes), dedica un capítulo entero a la planificación de las intervenciones (a partir de las más urgentes ya financiadas con las ordenanzas del Comisario Extraordinario), y otro a las estrategias de primera intervención, estructurales y no estructurales, y a las direcciones de planificación, relativas a las dos macroáreas: la red hidrográfica y la estructura y consolidación de los taludes.
El análisis muestra la necesidad de dar más espacio a los ríos, mejorando la laminación (es decir, la capacidad de contención) de las inundaciones aguas arriba, retrasando los actuales diques y haciéndolos resistentes a los fenómenos de desbordamiento. También se deben implementar estrategias innovadoras para los fenómenos de falla de taludes, considerando el número de deslizamientos de tierra recientemente formados (más de 80 mil) y la clara necesidad de desarrollar nuevos enfoques de gestión también para áreas no afectadas por fallas. También es necesario mejorar las actuales capacidades de previsión de aspectos meteorológicos, hidráulicos e hidrogeológicos para evaluar con mayor precisión los efectos esperados sobre el terreno. Para ello, resulta útil construir un gemelo digital a escala regional que permita el seguimiento, análisis y simulación de diferentes escenarios destinados a mejorar la predicción de los efectos suelo derivados de eventos meteorológicos extremos.

En cuanto al aspecto hidrográfico, hay que prestar especial atención a las actuaciones más estratégicas, como son la construcción y finalización de los tanques de expansión, el descenso de las llanuras de inundación en los tramos de terraplenes más pronunciados y el desbordamiento controlado fuera de los terraplenes principales también. como la reubicación de activos a zonas de alto riesgo hidráulico; al mismo tiempo, se deben planificar acciones para fortalecer la red de recuperación. Entre las direcciones identificadas se encuentran también las de gestión de la vegetación ribereña a través de programas de gestión a escala de ribera capaces de definir los tipos y la distribución espacio-temporal de las intervenciones necesarias para mitigar el riesgo hidráulico y geomorfológico, protegiendo el valor naturalista cuando sea posible y paisaje. Y luego las directrices para el manejo de los animales fosoriales con el censo de las especies, la definición de densidad objetiva y el calendario de intervenciones y el inicio de acciones de seguimiento y control. Otro de los aspectos clave que aborda el Plan es el de las directrices para puentes y estructuras que crucen cursos de agua existentes y previstos con la adjunta evaluación de compatibilidad hidráulica, adecuación o mejora de infraestructuras y mantenimiento de la obra y del cauce.

Al mismo tiempo, también en relación con los fenómenos de rotura de taludes, es necesario identificar aquellas cuestiones críticas que hasta el momento no han asociado intervenciones financiadas en las ordenanzas del comisario, para definir las principales líneas de actuación que afectan a los taludes: , como la previsión, la vigilancia y el seguimiento; la regulación del uso del suelo en áreas afectadas por fenómenos reales o potenciales de inestabilidad de pendientes; el mantenimiento de las condiciones de uso del suelo y sistemas hidrográficos en la zona montañosa montañosa. Pero también medidas estructurales, como la gestión de la escorrentía de aguas pluviales; estabilización de pendientes; el mantenimiento o restauración de las condiciones de equilibrio geomorfológico de la red hidrográfica y sus franjas fluviales, pero también la puesta en valor del paisaje. El Plan también identifica una lista de obras estándar y costos relacionados basados ​​en clasificaciones de deslizamientos de tierra y el potencial de los elementos expuestos, para respaldar los diseños en curso.

Una parte de fundamental importancia se refiere a la planificación. Teniendo en cuenta el carácter excepcional del acontecimiento que afectó a Emilia-Romaña, y debido al impacto que tuvo en la estructura territorial, las directrices reguladoras para la planificación urbana y la reubicación de activos en zonas de riesgo: medidas temporales de salvaguardia para limitar la aumento de la carga urbanística, excluyendo las nuevas construcciones en zonas inundadas, o con riesgo de deslizamiento, fuera del perímetro urbanizado, a la espera de la actualización de los PAI (planes de gestión hidrogeológica). El último capítulo se refiere a la reubicación/reubicación de edificios/activos en zonas de riesgo. En este momento, se está llevando a cabo un primer estudio con los municipios de las zonas afectadas, en relación con los usos actuales y las condiciones reales de riesgo, de los artefactos y edificios, a partir de aquellos sujetos a las órdenes de evacuación e inutilizabilidad y un perímetro de las zonas no urbanizadas. Si los propietarios interesados ​​no hacen uso de la opción de trasladarse fuera de las zonas de riesgo aprovechando los incentivos, perderán cualquier beneficio relacionado con los daños resultantes de las catástrofes naturales de los asentamientos de su propiedad.

PREV Horarios F1, GP de Miami: dónde verlo en Sky, Now y TV8 en TV y streaming
NEXT Primero de Mayo: día de lucha, no de celebración