Misión Bolivia. Encuentro con la misionera Ermelinda Sergolini de Mogliano

Misión Bolivia. Encuentro con la misionera Ermelinda Sergolini de Mogliano
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Continúan los encuentros promovidos por la asociación misionera ALOE con misioneras y misioneras originarias de nuestros territorios y que operan en los numerosos Sur del mundo en signo de fraternidad y solidaridad internacional.

Después del encuentro de febrero con el padre Giacomo Gobbi, misionero javeriano, para recordar la gran figura de Lucidio Ceci di Montegiorgio, fallecido en Bangladesh hace diez años, después de más de 50 años dedicados a la educación de las poblaciones tribales de ese país; y después del encuentro a principios de abril con el padre Mario Bartolini, originario de Roccafluvione y que trabaja desde hace más de 46 años en la selva amazónica peruana al servicio de las comunidades indígenas y rurales, martes 23 de abrila las 21.00 horas en el salón comunitario de la Casa de Asociaciones en Via Del Bastione 3 en Fermo, fue el turno de Ermelinda Sergolini, originaria de Mogliano (MC) y ha sido misionero en América Latina desde hace muchos años.

Ermelinda es una laica consagrada perteneciente a la congregación de las “Misioneras de la Inmaculada – Padre Kolbe”, congregación vinculada tanto a los Franciscanos Conventuales como a Polonia, tierra de origen de San Maximiliano Kolbe, su fundador. Criada en Mogliano y activa desde niña en la parroquia de los Frailes Menores Conventuales, Ermelinda pronto sintió la llamada misionera también porque era nieta de otro misionero de nuestra diócesis, el padre Giuseppe Verdicchio, que vivió toda su vida en Zambia, su tierra elegida. y misión donde trabajó durante casi 60 años hasta que el Señor lo llamó a sí el 17 de diciembre de 2018.

Ermelinda inició su experiencia misionera en Bolivia en 1991, en la misión de Cochabamba. Desde 1998 trabajó en Argentina hasta 2009, año en el que regresó a Bolivia, donde aún hoy se encuentra en la comunidad de Montero, en el oriente del país. Una actividad misionera que parte de un discurso pastoral, encaminado a la formación humana y cristiana de la población más pobre, y llega por la fuerza de las circunstancias, pero sobre todo por necesidad evangélica, a una actividad social con iniciativas encaminadas a ayudar a los más pobres. y familias a abordar el problema de la alimentación, la salud, la escuela, la vivienda y todo lo necesario para dar un mínimo de dignidad a su vida extremadamente precaria. Ermelinda y sus hermanas de la comunidad de las Misioneras de la Inmaculada – comunidad internacional proveniente de varios países europeos y latinoamericanos – viven así su misión profundamente inmersas en la realidad popular de los suburbios ( los barrios), en contacto con familias formadas por 15/20 personas que viven hacinadas en chozas de madera y en su mayoría de una sola habitación, lo que obliga a niños y adultos a vivir perpetuamente en la calle y en absoluta promiscuidad. Lo que empeora aún más la situación es el poder cada vez más abrumador de la corrupción en todos los niveles y, especialmente ahora, también del tráfico de drogas. La Iglesia sigue manteniendo un papel en la denuncia de la pobreza y la corrupción en el país, pero últimamente parece más cansada y resignada.

La asociación Aloe conectó con Ermelinda casi de inmediato cuando aún estaba en Argentina, porque fue una de las primeras misioneras en responder a nuestras cartas de conexión, haciéndonos conocer su realidad misionera. Luego continuó el contacto desde Bolivia, aunque no con continuidad. De vez en cuando también se apoyó algún pequeño proyecto que ella nos presentaba, como el del “comedor social” en Olovarría en Argentina y otros microproyectos en Bolivia en Montero donde vive ahora. Para el futuro, Ermelinda dijo estar disponible para recibir a personas que quisieran compartir por algún tiempo la vida misionera de su comunidad; Una propuesta muy apreciada por ALOE, también porque la asociación, que en el pasado envió a muchos jóvenes en misión, estaría realmente feliz de poder retomar estas experiencias. Un encuentro que, por tanto, también podría constituir un nuevo comienzo. Ya veremos.

Aunque era martes por la tarde, el encuentro suscitó un gran interés tanto por el número de participantes como por las intervenciones tras la presentación de su experiencia por parte de la misionera. El encuentro también contó con la presencia de personas que han trabajado algunos años como voluntarios con otras organizaciones en Bolivia o que han conocido a voluntarios que han tenido esta experiencia. También se realizó una conexión Zoom con Polonia, donde vive un amigo nuestro que también está interesado en la misión de Ermelinda, Giordano Mancineli de Francavilla d’Ete. Se trata pues de un encuentro verdaderamente internacional en todos los sentidos.

Al finalizar el encuentro se hizo a la misionera una cuantiosa donación monetaria, recaudada para la ocasión y destinada a la construcción de algunos baños públicos para viviendas cercanas a la misión o para otros pequeños proyectos que ella estime oportuno. Finalmente, la misionera agradeció a nuestra asociación por ser una de las pocas entidades en nuestro territorio y en nuestra diócesis verdaderamente interesadas en su misión en Bolivia, lo que contribuye a que aún se sienta parte de nuestra comunidad local a pesar de más de treinta años en América Latina.

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