En la semana del 25 de abril, entre las diversas conmemoraciones previstas, esta mañana se ha celebrado en Ansaldo la anual, en presencia del alcalde de Génova, Marco Bucci y el vicepresidente del Consejo Regional Armando Sanna. En junio de hace 80 años, Génova fue golpeada por una de las mayores redadas de trabajadores de Italia y una de las mayores de Europa. Después de diez días de huelga, y cuatro de cierre patronal ordenado por el prefecto Basile, los alemanes y fascistas rodearon San Giorgio, el astillero Ansaldo, la acería SIAC y el Piaggio e irrumpieron con el objetivo de romper la resistencia obrera. aterrorizar la ciudad y proporcionar mano de obra para la economía de guerra nacionalsocialista. 1.500 trabajadores son capturados y cargados en convoyes con destino al Reich. Algunos logran escapar, pero al menos 1.300 llegan a Mauthausen, donde permanecerán unas semanas antes de ser obligados a realizar trabajos forzados.
La gran deportación del 16 de junio de 1944 no puede entenderse fuera de la historia de las luchas obreras en la Resistencia genovesa y de las huelgas que comenzaron en Turín en las grandes fábricas a partir de marzo de 1943 y que luego abarcaron todo el triángulo industrial. Si una de las razones del ataque es la necesidad del ocupante alemán de tener mano de obra para enviar a Alemania, aún más fuerte es la necesidad política por parte de los nazifascistas de bloquear el largo y difícil juego abierto con los trabajadores genoveses, que desde otoño había iniciado una larga oleada de huelgas masivas que también tuvieron un fuerte impacto en los ciudadanos.
La Resistencia genovesa, como la italiana, se desarrolló a lo largo de 20 largos, duros y difíciles meses y fue el crisol de aquel encuentro de hombres y mujeres de diferentes historias y culturas reunidos en el Comité de Liberación Nacional, el crisol/en la base/cuna del futuro pacto constitucional.
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