La Abadía de San Leonardo tendrá acceso directo

De la SS 89 sometida a una serie de intervenciones estructurales

LA ESPERA continúa desde hace más de un cuarto de siglo, una pausa larga y dolorosa que finalmente ha llegado a su fin: las obras de adecuación de la carretera estatal 89, en el tramo entre el cruce de Manfredonia y el aeropuerto de Amendola, están en marcha la agenda de trabajo de Anas. Un tramo de 14.400 kilómetros en el que se han registrado numerosos accidentes, incluso mortales, que finalmente contará con las necesarias medidas preventivas de seguridad, continuación de las ya instaladas en el resto del recorrido hasta Foggia.

ARTERÍA fundamental en la red viaria que sube desde la llanura hasta el promontorio del Gargano, de ahí el nombre de “Garganica”, muy transitada especialmente en primavera y verano cuando la circulación de vehículos aumenta excepcionalmente. Una aglomeración hasta el límite de la soportabilidad de vías que siguen siendo las primordiales y que sólo se han modernizado en algunos tramos cortos. La intervención que Anas se dispone ahora a realizar cubrirá un déficit que se viene denunciando desde hace mucho tiempo, subrayado por una serie de accidentes de tráfico.

El OBJETIVO del proyecto es, de hecho, mejorar las condiciones de circulación y seguridad mediante la ampliación de la actual vía de un solo carril, transformándola en dos carriles por sentido separados por una isleta; la creación de nuevos enlaces y la ordenación de las carreteras locales. Uno de los puntos críticos es el de la Abadía de San Leonardo, un santuario frecuentado no sólo por fieles obligados a cruzar la calle, cuyos peligros no hay que imaginar que se han materializado repetidamente.

UN PUNTO extremadamente peligroso que se eliminará con la creación de un cruce y una vía coplanar que permitirá el acceso directo a la abadía desde el carril contrario en condiciones seguras. Entre las obras innovadoras también se encuentran las de tres enlaces y dos semienlaces, y el viaducto sobre el arroyo Candelaro.

UNA INTERVENCIÓN orgánica que requirió un estudio en profundidad del territorio frecuentado desde la época prehistórico-protohistórica y, pasando por la época romana y tardoantigua, hasta la época medieval y naturalmente en la época moderna. Un estudio complejo realizado con una profunda investigación histórica, bibliográfica y fotogramétrica aérea, con especial atención a los aspectos arqueológicos. Un trabajo minucioso resumido en tablas, documentos y fichas. Una obra que fue mucho más allá de la construcción de nuevos tramos de una ruta vial que atraviesa ese territorio. El reconocimiento de campo – señalan los diseñadores – incluso permitió interceptar tanto vestigios de asentamientos ya conocidos en la bibliografía como nuevas áreas de interés arqueológico que merecen la atención de los estudiosos e investigadores en arqueología. Un ejemplo práctico es el del “puente viejo” sobre el Candelaro, el arroyo que fluye desde el interior de la Capitanata hacia la costa de Siponto, cuya datación carece de evidencia objetiva que determine su construcción.

Miguel Apolonio

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