El vino italiano vale 45 mil millones de euros (directos e inducidos) y emplea a más de 300 mil trabajadores. Vinitaly, un mensaje para la economía

VERONA – Más allá de los números, el balance del 56º Vinitaly, que finalizó en Veronafiere, reafirmó la determinación del ‘Sistema Italiano’ de defender los valores más altos y más identificativos que este sector representa para todo el sector agroalimentario italiano.

Comenzando con la presencia del Presidente de la Cámara, Lorenzo Fontana, para continuar con una importante participación del gobierno coordinado por el Departamento de Agricultura y Soberanía Alimentaria, encabezado por el Ministro Francesco Lollobrigida, que contó con la intervención del Presidente del Consejo de Los ministros, Giorgia Meloni, el viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores y Comercio Internacional, Antonio Tajani, los ministros del Made in Italy, Adolfo Urso, de Cultura, Gennaro Sangiuliano, de Turismo, Daniela Santanchè y de Educación y Mérito, Giuseppe Valditara .

“La investigación de Vinitaly-Unione Italiana Vini y Prometeia que presentamos el día inaugural tenía y tiene como objetivo arrojar luz sobre el gran valor transversal que tiene el vino para nuestro país y por ello agradezco a Masaf y a la ministra Lollobrigida por habernos contribuido, también desde el punto de vista expositivo y de comunicación, a subrayar el impacto socioeconómico del sector vitivinícola”, comenta el presidente de Veronafiere, Federico Bricolo.

Los datos del estudio sobre el vino en Italia destacan una producción anual de 45,2 mil millones de euros (entre impacto directo, indirecto e inducido), 303 mil empleados y un valor añadido de 17,4 mil millones de euros, equivalente al 1,1 % del PIB (el deporte, según las estimaciones). por el Instituto de Crédito Deportivo, vale el 1,3%). Sin el vino, según el análisis, la balanza comercial del sector agroalimentario caería un 58% (de +12,3 a +5,1 mil millones de euros en 2023). El enoturismo contribuye sustancialmente al impacto económico global de la cadena de suministro que, si alimenta la economía turística de las grandes ciudades “al margen”, puede llegar a ser fundamental (incluso más allá de los efectos estrictamente económicos) para muchas pequeñas ciudades y comunidades rurales con una vocación vitivinícola. Según los resultados de la Asociación Città del Vino, el enoturismo involucra anualmente a unos 15 millones de personas (entre viajeros y excursionistas) con presupuestos diarios (124 euros) un 13% superiores al del turista medio, para un gasto total de 2.600 millones de euros. .

No es casualidad que este año Masaf haya propuesto a los operadores presentes en Vinitaly (97.000 de los cuales 30.070 extranjeros procedentes de 140 países, equivalente al 31% del total) un nuevo espacio creado en colaboración con el Ministerio de Cultura, con una experiencia inmersiva. entre instalaciones multimedia, escritos antiguos y obras de arte. La exposición “El vino entre mito y cultura” acogió productos artísticos procedentes tanto del Museo del Vino de Torgiano de la Fundación Lungarotti como de varios museos italianos, este último gracias a la contribución de Generali, pero también documentos históricos. Entre las obras maestras presentes se pudieron admirar “Las bodas de Caná” de Garofalo, “Baco” de Annibale Carracci, “La cosecha (alegoría del otoño)” de Francesco Celebrano, “Bacanal” de Pablo Picasso, la “Estatua de Sátiro” en mármol del siglo I a.C., ánforas de vino de arcilla del siglo IV a.C. al siglo IV d.C. y mucho más. Junto con la exposición, los visitantes pueden experimentar la inmersión “Divine”, un viaje fascinante a través de imágenes microscópicas y visualizaciones creativas para una experiencia en video sobre el territorio y el vino de Italia.

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