El aceite Bianchera del Carso Trieste entra en la familia de los Baluartes de Slow Food

El aceite Bianchera del Carso Trieste entra en la familia de los Baluartes de Slow Food
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La familia de los Baluartes Slow Food en Friuli-Venecia Julia se amplía con la aceituna bianchera, en la zona de Trieste y Karst, y el malon, una calabaza de pulpa blanca que se cultiva desde hace mucho tiempo en los valles del Natisone. “Defino el aceite Bianchera como pirotécnico, en el sentido de que desprende una sensación picante y amarga muy significativa en la boca. Un aceite brillante que calienta el corazón”, dice Stelio Smotlak, representante de Slow Food del recién creado Baluarte de la oliva Bianchera. “Es una planta rústica y vigorosa – explica Smotlak – perfectamente adaptada al duro clima y a los suelos calcáreos y areniscos. Una zona azotada por el viento de Bora, caracterizada por una fuerte amplitud térmica e inviernos fríos. La adaptación natural hizo que la planta desarrollar polifenoles para protegerse y sustentarse: sustancias que, para quienes disfrutamos de sus frutos, hacen que el aceite sea sumamente interesante”. En toda la región Friuli-Venezia Giulia, la superficie dedicada al cultivo del olivo ronda las 300 hectáreas, de las cuales aproximadamente 45 en la provincia de Trieste. Cincuenta kilómetros al norte de Trieste es un mundo completamente diferente: los valles del Natisone, que se abren en abanico desde Cividale del Friuli en dirección noreste, son una muestra de los Alpes: de aquí nace el malon, una pasta blanca de calabaza con un De forma cilíndrica y redonda y piel lisa, puede alcanzar una longitud de unos 40-50 centímetros y un diámetro de 30-40. Un alimento que en estos lugares siempre ha sido un recurso para todos, no sólo para los humanos: “Históricamente, el malón se cultivaba principalmente para la alimentación animal”, dice Caterina Dugaro, representante de los productores del Baluarte Slow Food. Pero el malón también puede resultar valioso en la cocina: “Para el consumo humano, el fruto se utiliza cuando la piel aún está verde y la pulpa tierna”, añade. En las recetas tradicionales se utiliza el malon en una sopa llamada briza o zupa malonova. Un ingrediente pobre pero versátil, el malon, pero con una larga historia campesina a sus espaldas. La lógica de crear un Baluarte Slow Food, precisa la asociación de los caracoles, “es devolver la dignidad a algo que estaba desapareciendo, pero no como simple y puro recuerdo de los viejos tiempos: significa reconocer su potencial económico, aunque sea pequeño, para ejemplo en la cadena de suministro de restauración”. Los Baluartes Slow Food de la aceituna Bianchera y Malon cuentan con el apoyo de la Región Friuli-Venecia Julia. (MANEJAR). MON Foto MERLAK / Empresa agrícola – Kmetija

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