Coches eléctricos, cómo funcionan y cuánto cuestan los “powerbanks” para carga portátil

Coches eléctricos, cómo funcionan y cuánto cuestan los “powerbanks” para carga portátil
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Existe una solución al llamado «ansiedad de alcance», el miedo de los propietarios de coches eléctricos a no poder encontrar una estación de carga antes de que se agote la batería. Se trata de baterías portátiles, una herramienta que hoy en día se utiliza sobre todo en casos de emergencia -por ejemplo si hay una interrupción en la red pública de carga- o en todos aquellos lugares remotos o no atendidos por infraestructuras de carga fijas. Entre las pocas empresas que apuestan por esta solución se encuentra también la italiana E-Gap, la primera en Europa en introducir un servicio de carga rápida a través de furgonetas que funcionan como auténticos centros de carga de móviles.

Un “banco de energía” portátil.

Actualmente, entre la gama de soluciones que ofrece la empresa con sede en Milán, también se encuentra el E-Gap Trolley, una especie de bancos de energía del tamaño de una maleta pequeña. Este producto garantiza 7 kWh de carga en 20 minutos, lo que corresponde a aproximadamente 25 km de autonomía. Una gama todavía limitada, por supuesto, pero “los márgenes de crecimiento del sector siguen siendo muy importantes”, asegura la empresa. El coste varía “en función de la modularidad de la oferta”, pero ronda los 5.000 euros aproximadamente. A diferencia de la batería real de un coche eléctrico, el sistema de batería portátil también se puede recargar con un simple enchufe de pared.

El objetivo: empresas y compañías de seguros

Hasta la fecha, como se mencionó, estas baterías portátiles garantizan una autonomía bastante limitada. Una característica que los hace aptos sobre todo para flotas corporativas, compañías aseguradoras, empresas de asistencia en carretera y todos aquellos que necesiten ofrecer un servicio de emergencia, rápido y en carretera. Las empresas, por ejemplo, pueden poner esta solución a disposición de los empleados durante viajes de negocios o para cubrir distancias muy cortas durante eventos y ferias. Las compañías de seguros, sin embargo, pueden ofrecerme bancos de energía portátil como parte de sus servicios de asistencia en carretera.

Una segunda vida para las baterías

En realidad, los sistemas de carga portátiles se crean siguiendo un enfoque de economía circular. Cuando la capacidad de carga cae por debajo del 80%, las baterías ya no son aptas para alimentar un coche eléctrico, pero aún pueden utilizarse como sistemas de carga de emergencia. En los próximos años, el número de vehículos eléctricos que se desguazarán crecerá espectacularmente, dejando una enorme cantidad de baterías disponibles para reciclar o reacondicionar. La Unión Europea aún no se ha dotado de una verdadera cadena de suministro para el reciclaje de baterías al final de su vida útil, pero hoy ya existen técnicas capaces de recuperar el 80% -y en algunos casos incluso el 90-95%- de las más preciadas. materiales. Esas materias primas se pueden utilizar para fabricar nuevas baterías para vehículos eléctricos. Sin embargo, una pequeña parte también podría utilizarse para sistemas de carga portátiles. Una solución diseñada principalmente para situaciones de emergencia, pero que aún así puede resultar útil.

En la portada: Carro E-Gap

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