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Un laboratorio de análisis de bolsillo y totalmente fiable que da resultados sobre muchas infecciones en tres minutos, directamente en la consulta del médico, sin recurrir a un centro especializado, con sus tiempos de espera y costes. Todo en una tarjeta y un tótem de 40 centímetros que se apoya tranquilamente sobre un escritorio, sencillo de utilizar. Vivalytic, la plataforma de análisis considerada la nueva frontera de la medicina, fue creada por Bosch en colaboración con Randox Laboratories, una multinacional irlandesa de diagnóstico, a la que se unirá, para futuros desarrollos, la alemana R-Biopharm, otro gigante biomédico.
Hay una tarjeta del tamaño de un smartphone, pero un poco menos gruesa. En la parte inferior están los circuitos y microchips. En la parte superior, dividida en dos partes, una carcasa con un cartucho similar al estuche de una lente de contacto, del tamaño de una moneda de un euro. «Estos contenidos en la tarjeta», explica el joven investigador que la muestra al público por primera vez, «son el contenedor del hallazgo orgánico y la base de la primera reacción». Una red de circuitos, en la parte trasera, y un pequeño estuche, en la parte frontal, para procesar las muestras que entran en contacto con los reactivos.
Un cajero automático y una tarjeta similar a un smartphone
El investigador empuja el contenedor-cesta del hallazgo (saliva en este caso, pero también puede ser sangre u otro) en su ranura y luego inserta la tarjeta en el pequeño tótem que hay sobre la mesa. El tótem es de color blanco brillante, el blanco de los hospitales, y tiene bordes azules. El investigador hace el mismo gesto que introduce una tarjeta en el cajero automático, y la máquina recupera la tarjeta magnética del interior. Tres minutos y los datos aparecen en la pantalla. El investigador presiona un botón y sale un recibo, fijándolos en papel. La muestra fue procesada, examinada y arrojado los resultados. El investigador lee el recibo. La muestra no está infectada con el virus de la influenza.
Actualmente se pueden realizar investigaciones rápidas sobre muchas enfermedades o infecciones. Ya hay pruebas disponibles para infecciones del tracto respiratorio superior e inferior, como Sars y Covid, también para múltiples variantes y para distinguir entre Sars, Covid e influenza. Se encuentran disponibles pruebas de enfermedades de transmisión sexual e infecciones adquiridas en hospitales. A partir del próximo verano llegarán los de tos ferina, enfermedades del tracto urinario, meningitis bacteriana, las dos enfermedades de transmisión sexual más comunes (clamidia y gonorrea), infecciones por hongos (como la cándida) y tres pruebas para enfermedades diarreicas. Lo siguiente son las pruebas de sepsis, una infección letal que destruye los órganos internos, y la tuberculosis. Cada año en Europa se producen más de 670.000 infecciones graves.
Un tótem que procesa datos
Los resultados de la prueba aparecen en la pantalla y se pueden imprimir.
Insertar la tarjeta en el tótem que procesa los análisis.
Un cruce entre microelectrónica y medicina molecular
Mientras el técnico trabaja en la máquina, a través del gran ventanal se pueden ver cuatro edificios transparentes, cada uno de cinco plantas, que albergan los laboratorios de investigación de Bosch en Renningen, un suburbio de Stuttgart, junto a la base de la OTAN. Hay 1.700 investigadores trabajando. Cada uno de los laboratorios tiene una especialización: microelectrónica, química, física, medicina. Todo el mundo habla constantemente entre sí sobre proyectos. Vivalytic nació aquí, también gracias a la colaboración de los Centros de Competencia de Bosch en todo el mundo, incluido el de Milán especializado en diseño de sensores. Vivalytic, explica el investigador, es un cruce entre microelectrónica y medicina molecular. Los chips y sensores son los mismos que los de los teléfonos inteligentes.
