LA CARRERA IMPARABLE DE LAS FRECUENCIAS – ItaliaVeranews

Cabría preguntarse si las frecuencias, las electromagnéticas o los llamados virus pandémicos fueron lo primero. ¿Es sólo una cuestión de acontecimientos temporales, de deducción racional o de una ilusión de pensamiento? También porque el Sistema no ha dejado de ofrecernos iniciativas, que define como innovadoras, favoreciendo el campo de las telecomunicaciones.

Por lo tanto, en cumplimiento del principio de observancia de la dualidad, consagrado por ellos, existe la obligación de tratar de comprender si hay más que el progreso vibratorio anunciado. Un diálogo a distancia realizado de cerca gracias a la tecnología 3D y a los hologramas que nos permiten ver de cerca a nuestros interlocutores lejanos no puede dejar de prever otros efectos que pueden afectar al funcionamiento del cuerpo humano. Su cerebro, sistema nervioso, sistema inmunológico, sistema vascular, su psique.

Los estudios encargados también por la Comunidad Europea para identificar las reacciones adversas causadas por las frecuencias nos han dado a todos resultados decepcionantes pero también burlones. La investigación, que se centró principalmente en las frecuencias actualmente utilizadas en las bandas 4G (800 MHz 2,5 Ghz), ha puesto de relieve, mediante experimentos in vivo y epidemiológicos, pruebas suficientes de carcinogenicidad en ensayos biológicos experimentales. Evidencia suficiente de reacciones adversas a la reproducción y el desarrollo en humanos. Evidencias suficientes sobre reproducción y desarrollo en animales de experimentación.

Mientras que para frecuencias superiores al 5G (24-27 Ghz), los estudios realizados hasta el momento, de importancia internacional, han sido considerados incompletos, insuficientes o de poca relevancia. ¿Cómo es posible que falte evidencia sobre las reacciones adversas que ejercen las frecuencias milimétricas, algunas ya utilizadas con la tecnología 5G? El escenario de un escenario perpetuamente ocupado por espectáculos compuestos de historias mentirosas se ha convertido ya en una costumbre. Esta tecnología, para muchos de los que la conocemos recientemente, es un arma de tal poder que justifica el larguísimo tiempo de secreción que ha sufrido, pero los estudios oficiales relacionados con sus posibles capacidades terapéuticas también han sido inhibidos. Conformándose con la negación diligente del conocimiento científico y de su integridad, optando no por lo verdadero sino por lo verosímil.

Está respaldado por la minuciosa operación llevada a cabo contra un ciudadano desprevenido al que todavía se le administran pociones terapéuticas de carácter místico, asegurando a los indigentes, engañados y vacunados, que el camino hacia la victoria sobre el enemigo está pavimentado con espera y asceta. inspiración. (Tachipirina y espera vigilante, ¿recordáis?) Mientras tanto, los del Club siguen haciendo sus asuntos, que a nosotros nos conciernen. En los chats circulan una serie de mensajes que aconsejan al ciudadano seguir un camino no participativo en la vida política comunitaria, con el fin de invalidar el funcionamiento del Sistema, ignorando sus mecanismos funcionales. ¡Así que sufriéndolos! Es una vergüenza que los defensores del camino no espiritual, después de haber afilado sus armas y sedado las conciencias de los contemplativos, mediante seductoras invitaciones a la espiritualidad, estén siempre dispuestos a afirmar la estabilidad de sus traseros en los puestos de mando para imponer planes criminales a una población aturdida.

Los estudios sobre bandas de frecuencia, así como sobre otras vías cognitivas del conocimiento humano, han sido ingeniosamente oscurecidos y hechos inaccesibles al conocimiento oficial, prefiriendo una vía de “investigación” más rentable, hoy bien representada por las compañías farmacéuticas. Una extraña discrepancia teniendo en cuenta que hemos asimilado la importancia diagnóstica y terapéutica estudiando las alteraciones del ritmo cerebral compuesto de frecuencias, las graves consecuencias que pueden derivarse de las alteraciones del ritmo y los graves daños que sufre el músculo cardíaco. la circulación arterial y todo su funcionamiento.

La medicina oficial se ha limitado a estudiar las frecuencias de sólo dos sistemas. Si existe un fenómeno vibratorio para dos sistemas del cuerpo humano, ¿por qué los otros sistemas deberían estar desprovistos de él? ¡Pero también los huéspedes de nuestro organismo, a menudo los atacantes, así como los comensales, virus, bacterias y esporas, también están hechos de frecuencias! Todo nuestro organismo es una frecuencia como la que posee la Tierra. ¿Quién decidió descuidar este pequeño gran detalle, dejando la gestión de virtuosismos preferenciales a los numerosos reparadores?

UGO LOMBARDÍ

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