Cuando se rompe la luz, la reseña de la película de Rúnar Rúnarsson

Un interesante estreno el de Uncertain Regard de la 77ª edición de Festival de cine de cannes. La sección paralela a la competición ha acogido en repetidas ocasiones películas destacadas, así como autores que han demostrado su capacidad para ofrecer una mirada personal e incisiva al séptimo arte. Fue este año el que inició el baile. Rúnar Rúnarsson, director en su cuarto largometraje que debutó, allá por 2011, nuevamente en Cannes, en la Quinzaine con Volcán.

Una escena triste de la película.

Después de años de reconocimiento, regresa al evento francés para proponer Cuando la luz se rompe (Ljosbrot), una historia intensa e introspectiva que tiene lugar en un corto período de tiempo, un fragmento de vida que cambiará la existencia del protagonista para siempre, una historia hecha de dolor, abandono, pérdida y descubrimiento, en un momento de la vida donde todo parece posible, donde el mundo parece abrir sus puertas. puertas a un futuro incierto pero lleno de experiencias. Una película madura y delicada que habla del final abrupto de la adolescencia y la edad adulta que comienza con un evento traumático.

Una trama delicada

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Una y Diddi frente al atardecer

El sol se pone y dos niños, Una y Diddi, intercambian ternura en una playa islandesa. Él promete dejar a su actual novia para que puedan estar juntos sin problemas, luego pasan la noche juntos, hacen planes, son jóvenes y Sienten que tienen ante sí un mundo de infinitas posibilidades., posibilidades que los llevarán muy lejos, quizás a Japón, quizás a otro lugar. Todo cambia, sin embargo, cuando es víctima de un terrible accidente en un túnel, un suceso que involucra a muchas personas y provoca un gran número de muertos y heridos. Para Una, obviamente es un shock. Se debate entre vivir abiertamente el dolor de esta pérdida o seguir fingiendo solo una amistad, sobre todo cuando llega al funeral su novia, una chica muy diferente a ella que no oculta sus celos pero que de alguna manera le muestra toda su humanidad. y su dolor de forma espontánea y sin dudarlo. Entre copas y lágrimas Será el sufrimiento el que construya ese puente que pueda unirlos..

Llorar pero no solo

Cuando la luz se rompe es una película sobre la vida y el dolor, ese tipo de dolor que, por atroz que sea, es capaz de acortar distancias. Al contar una historia triste pero sencilla, el guión mide su ritmo con precisión: Las etapas que atraviesan Una y sus amigos para tomar conciencia de lo sucedido marcan la narrativa como un reloj. contando un viaje interior en apenas veinticuatro horas pero sin dar paso a las prisas. Al realizar una reflexión profunda sobre las relaciones, muestra cómo podemos reconocernos en el mismo sufrimiento así como la fuerza para reconocer un sentimiento poderoso como la empatía. Al hacer esto la película nunca da vueltas: es seca, franca, mesuradacon una protagonista magnética, bien escrita y excelentemente interpretada por la actriz Elín Hall.

Cuando la luz se rompe 3

Una escena de Cuando la luz se rompe

Una excelente interpretación

Y es Elín Hall quien casi siempre está en el centro del encuadre, todo se mueve a su alrededor y con ella: sus primeros planos, su forma de moverse son prueba visual de la fuerte emotividad que busca la película. Y ella es perfecta en cada escena, en cada expresión., nunca exagerado y siempre centrado en el personaje. Para acompañarla y soportar las olas de dolor, el director elige colores ligeramente saturados, casi como si quisiera acompañar el duelo: nada brilla pero al mismo tiempo nada se apagael único que cae en el horizonte de un día doloroso, se insinúa con delicadeza, calidez y tranquilidad para subrayar cómo, a pesar de todo, la única opción es seguir adelante, abandonándose casi al fluir del tiempo marcado por atardeceres que son todos similares y, sin embargo, nunca iguales.

Conclusiones

Condensando en pocas palabras este repaso de Cuando la luz se rompe podemos decir que este cuarto largometraje de Rúnar Rúnarsson, presentado en Cannes 77 en la sección Uncertain Regard, consigue contar un lapso de 24 horas que vale tanto como un toda la vida. La historia de Una y su duelo es delicada y poderosa y la protagonista está magistralmente interpretada por Elín Hall, increíblemente expresiva, nunca exagerada. Incluso las elecciones de dirección contribuyen a una narrativa franca y seca, demostrando cómo se puede hacer una buena película incluso abandonando el virtuosismo excesivo.

porque nos gusta

  • La narración franca, seca y medida.
  • La protagonista, maravillosamente interpretada por la talentosa Elín Hall.
  • Las elecciones de dirección son absolutamente funcionales a la historia.

Qué ocurre

  • Puede que no satisfaga a quienes prefieren películas más complejas.

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