La final: ataque a Wembley, la reseña del documental de Netflix

Para los italianos, esa final de la Euro2020 (pero disputada el 11 de julio de 2021) tiene sabor a victoria. El recuerdo de una noche desgarrada por las bocinas de los coches y los gritos de los aficionados. Hay momentos, como la victoria de un europeo, en los que la nación se encuentra mágicamente unida. Una sensación de patriotismo y unión llega a las calles, permitiendo que extraños se abracen y un sentimiento perdido de hermandad nos invada de repente. Para los italianos, el 11 de julio de 2021 fue la noche de la reversión de aquel ostentoso lema: “está volviendo a casa” (transformado en “ya viene Roma”) que a los adversarios ingleses les encantaba repetir con orgullosa seguridad. Después de todo, nada podía salir mal: después de casi 60 años, Inglaterra llegó a la final del Campeonato de Europa, jugándolo todo en casa. en uno de los estadios más bellos del mundo: Wembley.

Estadio de wembley

Sin embargo, 11 jugadores que vistieron la camiseta azul hicieron estallar el sueño inglés, convirtiéndolo en una pesadilla. Sí, porque mientras Italia festejaba, en Inglaterra se escribía una de las páginas más oscuras no sólo del fútbol sino de la historia nacional. Y si no todo se ha convertido en luto y dolor, quizá sea también gracias al triunfo italiano y a la derrota inglesa. Ebrios de celebración y llenos de alegría, no pudimos haber conocido, o lo olvidamos, el ataque de hordas de aficionados ingleses en Wembley. Como señalaremos en este Reseña de La final: ataque a Wembleyel documental de Netflix cuenta la historia de un final desde otra perspectiva: la del instinto animal que impregna la racionalidad humana, la ciega, mezclándose con litros de alcohol y cantidades incalculables de drogas, dejando una victoria, o una decepción, se convierte en horror.

La final: el ataque a Wembley: la trama

Sobre el asalto de la final

Todos sabemos cómo acabó la Eurocopa de fútbol de 2021: la selección italiana levantó la copa. Pero lo que tal vez no sepamos es la casi tragedia que corría el riesgo de vivirse dentro y fuera del estadio. La final: ataque a Wembley No sólo se centra en la final desde la perspectiva inglesa, sino también y sobre todo en lo ocurrido en los alrededores de Wembley. Es historia, reconstruida con testimonios exclusivos, de los enfrentamientos ocurridos antes de la final. Con el intento de los hooligans de atacar el templo del fútbol, ​​con el riesgo de arruinar la fiesta a quienes esperaban ver triunfar a su selección después de aquella mágica final de 1966.

Caos convertido en imágenes

No hay nada nuevo en el ámbito del fútbol: el documental La final: ataque a Wembley reitera una trama exitosa ya ampliamente explotada y revivida a lo largo de los años. Los testigos directos -entre ellos personal de seguridad, periodistas y aficionados de a pie- son llamados a reabrir los cajones de la memoria mientras las imágenes de aficionados o de archivo fluyen rápidamente para dar cuerpo y tangibilidad a la evanescencia de las palabras. Porque las imágenes, sólo por ser visibles, permanecen, mientras que las palabras desaparecen., como niebla en la mente del espectador. Una alternancia, la que hay entre Imágenes y recuerdos que llaman la atención. del espectador, arrojándolo al centro de momentos de puro delirio, esperando que el infierno se abra ante la pantalla, envolviéndolo todo y a todos nuevamente.

La banalidad del mal

El ataque final en Wembley 5

Una escena del documental.

Cuando el poder de la historia, el corazón palpitante de la narración, el objeto del trabajo documental, es tan devastador y desarmante como en The Final: Attack on Wembley, el director y el editor tienen dos caminos posibles a tomar: centrarse en el simplicidad de reconstrucción, o construir una estructura compleja, compuesta de montajes ajustados, juegos temporales y direcciones dinámicas, para intentar restaurar y amplificar el alcance de la historia. Con La final: ataque a Wembley el primer camino ha sido recorrido. Es decir, lo que se favoreció fue una representación de los hechos caracterizada por la sencillez de la narración y una inmediatez de recepción por parte de su audiencia. Sin centrarse en direcciones complejas, en insertos de montaje con sabor metafórico, ni en fotografías “parlantes”, donde cada cromatismo pretende significar algo más, los realizadores Rob Miller y Kwabena Oppong prefieren dejar que los acontecimientos se cuenten solos, sin intermediarios ni filtros. De este modo, El impacto amenazador, incomprensible y banal del mal y la irracionalidad humana no encuentra obstáculos., invirtiendo directamente a su espectador. Sin leer entre líneas, pero yendo directo al grano, el público llena un vacío de conocimiento, o profundiza en acontecimientos superficialmente asimilados, para llegar al meollo de los hechos, desde los momentos que los precedieron hasta los devastadores que provocaron. .

La cotidianidad del mal

El ataque final en Wembley 4

En el centro de la violencia

Para lograr su objetivo, el documental reúne a quienes vivieron esos acontecimientos no en el campo, sino alrededor y fuera de él. Son hombres y mujeres de vida corriente, que encuentran en el fútbol un atisbo de prestigio nacionalista, un efímero orgullo patriótico. Para muchos, la esperanza de ver ese trofeo levantado por su selección nacional de fútbol significaba un éxito para todos, independientemente de su color de piel o raíces étnicas; para otros sólo una excusa para dejar de lado sus inhibiciones y desahogar sus instintos. Dejar a los jugadores más allá del campo, lejos de la cámara, reducirlos a unos pocos extras en el espacio del material de archivo, revela también un paso más hacia la identificación espectadora. Entrevistar a periodistas, simples aficionados o agentes de seguridad significa moverse entre los universos de la gente corriente, unidos por una simple pasión por el fútbol, ​​completamente similar a la que se mueve dentro del público más allá de la pantalla. Al reconocerse entre las palabras que vagan en el marco de un plano, inconscientemente lleva al espectador a bajar sus líneas defensivas, sumergiéndose naturalmente en el caos de Wembley.

El peso de los acontecimientos sobre unos ojos atónitos

La final: ataque a Wembley no es un documental para todos; ciertamente no es apto para públicos sensiblesporque es en la fuerza de la violencia grabada para siempre en las grabaciones de video, en la memoria de los teléfonos celulares o en la mirada de quienes vivieron esos hechos en carne propia, donde se encuentra la esencia de la obra. No hay filtros ni censura: los golpes se sienten, los empujones también. Es como si en el espacio seguro de tu propia casa, una multitud de hooligans estuviera lista para atropellarte, dejándote sin aliento, aplastándote contra las barreras o torniquetes.

El ataque final en Wembley 2

La Final: ataque a Wembley, documental disponible en Netflix

lo que viene de ahí es La explotación por parte de los directores del poder de la imagen., su fuerza de interiorización y de eliminación de fronteras y distancias. Sin intermediación, sin juegos de manos, sólo re-compartición de tweets, reels, tiktoks: la fuerza motriz es el flujo de violencia pura, que genera miedo, terror, angustia. Un círculo vicioso infinito que acaba desembocando en las aguas turbias del racismo. Puede parecer simple, a veces banal como historia, la de La final: ataque a Wembleypero recordemos que no hay nada más banal que el mal. Y el documental de Netflix lo cuenta muy bien.

Conclusiones

Concluimos este repaso de La final: ataque a Wembley subrayando cómo el documental disponible en Netflix logra transmitir toda la sensación de caos, miedo y desorientación que se vivió en aquella final del fútbol europeo de 2021 y al hacerlo sólo funciona. de testimonios y compartición de vídeos amateurs y/o de archivo. Un juego sencillo, pero con un gran impacto emocional.

porque nos gusta

  • La sencillez de la historia y los medios utilizados permiten que las imágenes hablen por sí solas.
  • El testimonio de la gente corriente, evitando la implicación de los futbolistas.

Qué ocurre

  • La cuestión racial sólo se toca superficialmente.
  • Haberle dado espacio al partido y no a los momentos que se vivieron fuera del estadio.

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