Latina, no se requiere contribución.
¿Qué tenemos en mente cuando usamos la palabra ciudad?¿Cuántos habitantes imaginamos? ¿De cuántos metros cuadrados estamos hablando? El diccionario nos dice que una ciudad es un conjunto de edificios más o menos planificados para formar calles fácilmente transitables, dotados de servicios públicos para crear condiciones favorables a la vida social. Sin embargo, tanto Latina como Dublín, Chieti y Los Ángeles entran en esta definición. Mundos completamente diferentes. No hablo de qué es mejor o peor, sino de diferencias sustanciales. Yo, nosotros, no estamos acostumbrados a pensar más allá de cierta escala, porque es algo que está fuera de nuestra vida diaria, lejos de nuestros referentes culturales. Latina está experimentando aislamiento y empobrecimiento de la red social, la gente está volcando su necesidad de pertenencia y comunidad en las redes sociales. ¿Entonces? Retemonos a nosotros mismos. Repoblamos el centro con comercios locales, que además de generar economía, fortalecen la identidad de la ciudad y preservan la historia local. Hacemos que los servicios sean más accesibles. Enriquecemos el espacio público porque así se fortalece el tejido social. Hablamos de los talentos que tenemos, hacemos inversiones importantes, damos la bienvenida a nuevos habitantes y turistas. No existe una única acción para salir de la crisis de esta realidad, existe y es visible a simple vista, pero una combinación de políticas innovadoras y formación continua es imprescindible porque “hacer” requiere habilidades, desde la innovación digital hasta la social. Ampliemos nuestros horizontes culturales, sociales y económicos. Empecemos por nosotros mismos.
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