por Luca Pievani
Puede terminar pagando tarde una factura. No debería, pero sucede. Por olvido, a veces por necesidad. Sin embargo, si te has topado con una desgracia así, siéntete afortunado: de hecho, puede suceder que te hayas olvidado de pagar el permiso de estacionamiento y tránsito en la Ciudad Alta durante un mes. Lo cual, al parecer, tiene consecuencias económicas muy importantes.
Es un período de grandes cambios para el tráfico del pueblo histórico de Bérgamo. El nuevo Parking Fara y las intervenciones del Ayuntamiento reducen el uso de la Ciudad Alta, confundiendo a los vecinos y vecinas de Bérgamo. Pero la historia que nos cuenta un hombre que vive allí desde hace mucho tiempo, que ya tiene más de 80 años y que prefiere permanecer en el anonimato, demuestra que los inconvenientes, en realidad, ya existían antes.
“Soy abonado del Atalanta desde el 58, nunca me he perdido una temporada, siempre he pagado mis impuestos, ¿y así me trata mi ciudad?”, dice entusiasmado. Hasta hace algún tiempo vivía con su mujer y sus hijos en Via della Fara, a cien metros del aparcamiento recién inaugurado. Y pagó ciento veinte euros al año por el permiso de tránsito y residencia dentro de la ZTL. En mayo de 2021 expiró el permiso para aparcar debajo de la casa, entre Via Fara, Porta San Giacomo y Boccola. Y comenzaron las multas.
«Casi cuarenta días de idas y venidas… Nos olvidamos de renovar el permiso, pero nadie nos lo recordó ni remotamente. En ese momento yo tenía poco menos de ochenta años…”. Evidentemente, al poco tiempo llegó un mar de multas: más de setenta veces se cruzó la ZTL sin permiso. En total, multas de cinco mil euros. Un precio muy elevado para alguien que había vivido en la Ciudad Alta durante treinta años.
El hombre no niega que se equivocó. Admite que fue correcto ser castigado por la demora en el pago. Sin embargo, considera incorrecto tener que pagar también por los tiempos en los que, mientras tanto, pasó y se detuvo en la zona de tráfico restringido. Como si, sin ese pase, uno perdiera el derecho de llegar a su casa (…)
