Italia eliminada. Malo en el juego, física y mentalmente.



Italia está fuera de la Eurocopa. Así es. Suiza mereció avanzar, ya que nos dominó tanto en el partido como en el marcador (2-0). Italia simplemente nunca existió.

En los primeros cuarenta y cinco minutos los azzurri literalmente no llegaron. Sólo encajaron un gol, pero los suizos también concedieron un poste. Lo que impresionó fue la escasez del juego azul. No se vio nada. Es difícil culpar a los individuos. ¿Quizás Spalletti tomó decisiones equivocadas? ¿Quizás nuestra gente no tenía la confianza necesaria? ¿Quizás los suizos sean mucho más fuertes que nosotros? Ciertamente no podría haber sido peor que esto.

En la segunda parte todos esperábamos ver algo mejor, creímos en ello, maldijimos para que esto sucediera. Pero después de 30 segundos estábamos 2-0 abajo. Conmoción total.

Sin embargo, los partidos duran 90 minutos. Y aquí en la calle 7 los azzurri consiguen un puesto. O, mejor dicho, los suizos arriesgan un gol en propia meta con un torpe cabezazo hacia atrás de Schar.

Spalletti lanza primero a Zaccagni en lugar de El Shaarawy (minuto 1), luego a Retegui en lugar de Barella (minuto 19). El delantero del Génova se une a Scamacca en la delantera.

Lo más impresionante es que durante unos buenos 70 minutos nunca logramos preocupar a Sommer. El primer remate pitado para los azzurri lo ejecutó Retegui en el minuto 73, que el portero del Inter aprovechó con facilidad. Cuando el portero suizo tembló fue por un error garrafal de uno de sus compañeros. ¿Adónde puede ir un equipo que no puede disparar? Zaccagni –otra vez él– se encargará de iluminar a Italia. En el minuto 29 verticalizó un balón invitante al área, pero Scamacca pegó al poste desde cerca.

Spalletti lo intenta todo, colocando a Cambiaso y Pellegrini en lugar de Darmian y Cristante.

Partido tristemente doloroso para Italia, que sale de la Eurocopa con una actuación verdaderamente terrible.

Italia cansada, vacía, sentada. Estamos merecidamente fuera del torneo, sin haber mostrado ni juego, ni toques de clase (de esos que a veces lo salvan todo), ni nada más. Tendremos que trabajar, y trabajar duro, de cara al Mundial, que en las dos últimas ediciones ni siquiera nos vio participar.

“No fuimos muy incisivos.

Lo que marcó la diferencia fue el ritmo”, dice Spalletti al final del partido. Y también lo repite mientras piensa en Copa Mundial: “Necesitamos más ritmo”.

Cualquiera que haya visto Italia-Suiza sabe bien que fue un desastre total. Italia no hizo nada y fue humillada. Peor que eso…

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