Se ha completado la autopsia de los cadáveres de Mariam Sassi, de 55 años, y de su hija Sameh Zaouali, de 34 años, fallecidos en el incendio provocado el 13 de junio en Vittoria (Ragusa) en la casa familiar por su hijo Wajdi, de 29 años. . El examen de la autopsia fue realizado por el médico forense Giuseppe Algieri, designado por la fiscal adjunta Martina Dall’Amico. En la autopsia, que adquiere el carácter de un incidente probatorio, también participó el médico forense Giuseppe Iuvara, designado por el abogado defensor de Wajdi Zaouali, Giovanni Ascone. Los resultados de la autopsia se darán a conocer y se archivarán dentro de los 90 días. Inmediatamente después, los cuerpos serán entregados a sus familiares para el rito funerario y la repatriación de los cuerpos que serán enterrados en Túnez, por el Consulado de Túnez.
Recaudación de fondos para la familia.
En Vittoria sólo queda la única hermana que sobrevivió a la masacre, una estudiante de Derecho de 25 años en Turín. La joven ha designado al abogado Italo Alia para representar a la familia. Mientras tanto, las condiciones de los otros dos miembros de la familia gravemente quemados están mejorando, el padre Kemal, de 57 años, y la hija menor, Oumaima, de 19 años, estudiante de un instituto de lingüística, que debía realizar sus exámenes finales en días recientes. Mientras tanto, ha comenzado una recaudación de fondos para la familia Zaouali (en la plataforma gofundme). Hasta ahora se han recaudado casi 9.000 euros. La escuela también hará una contribución a la familia Zaouali, que ya no tiene casa, ya que fue totalmente destruida por las llamas.
El fuego
La noche del 12 al 13 de junio, Wajdi prendió fuego a la casa de Piazza Unità tras una pelea familiar. El incendio provocó la muerte de su madre Miriam y de su hermana mayor Sameh. La otra hermana, Ebtisem, que estaba en Turín, donde estudia, escapó de la masacre y regresó a Sicilia hace unos días. Wajdi fue detenido por la policía mientras deambulaba por una zona rural y actualmente se encuentra encerrado en la prisión de Ragusa, en aislamiento y bajo vigilancia continua.
